Por Jesús Michel Narváez
Entiendo que el secretario de seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch tenga enorme preocupación por vencer a la delincuencia y regresar a los capitalinos un poco de tranquilidad frente a la oleada de actos delincuenciales que se registran en la Ciudad de México.
Aplaudo sus iniciativas que van más allá de limpiar la casa de arriba abajo. Nadie ignora que en la corporación policial hay manzanas podridas. No es nuevo. Y qué bueno que se aplique en su tarea.
Sin embargo, me parece un exceso que civiles a bordo de patrullas de la dependencia actúen arbitrariamente.
Le doy un ejemplo y adjunto la foto. Los policías o supuestos policías que conducen la unidad identificada con las placas MX-083-85, detienen a personas viajan en sus autos y les lanzan la pregunta: ¿qué andas haciendo por aquí?… ¿dónde vives?… ¿de quién eres chofer?
El vehículo detenido no tiene reporte de robo. Tampoco circula indebidamente. Tiene la verificación 0 y no registra multas de ninguna especie.
¿A quién pretenden ubicar?… ¿están realizando tarea de investigación?
De suyo, los jenízaros no gozan de buena reputación y menos se ganan la confianza mostrándose prepotentes y siguiendo a los conductores que nada malo han hecho y que son trabajadores, sí, choferes, pero al final de la jornada trabajadores.
Todos los conductores de autos privados y que prestan sus servicios a quienes los contratan tienen una obligación primigenia: proteger a quien trasladan.
¿Cuál es la razón para interrogarlo y querer saber para quien trabaja?
Creo que el secretario de Seguridad Ciudadana ignora lo que lo que hacen los civiles que conducen la patrulla antes mencionada.
Ojalá y que no sean unidades robadas y ahora estén utilizadas por el hampa para secuestrar a los patrones de los choferes. Ojala.
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