Las pancartas advirtieron al presidente Andrés Manuel López Obrador la abierta oposición al gasoducto Tuxpan-Tula que más tarde, en nombre del pueblos otomí y tepehua, Gabino Hernandez, de origen náhuatl, expresó claramente por el riesgo que supone para las tierras sagradas indígenas. La respuesta presidencial no tardó: asumió el compromiso: Aunque se tenga que pagar más a la empresa por un nuevo trazo, pero no se van afectar las zonas sagradas indígenas.
Nuevas reuniones con las comunidades originarias de la sierra Norte de Puebla y de Hidalgo, en las que el mandatario escuchó sus demandas para comenzar a remediar sus males ancestrales, pero también su abierta resistencia al avasallamiento de las recientes formas de explotación. “No al fracking”, fin a las concesiones mineras, pero especialmente el repudio al referido gasoducto.
Hernández detalló el cúmulo de demandas de las comunidades, en especial aquellas dirigidas a la preservación ambiental. “Solicitamos se cancele el paso por esta zona del gasoducto Tuxpan-Tula, que está llevando a cabo la empresa TransCanada, la cual pretende que pase por una parte del cerro sagrado de San Pablito. Sería devastador para la fauna endémica, para el bosque mesófilo de montaña que ya se está acabando y para los mantos acuíferos .
No lo hacemos por necedad, no lo hacemos porque estemos en contra del desarrollo del país, no lo hacemos por negligencia, sino porque es nuestro hogar y no tenemos otro lugar a dónde ir. Debemos salvaguardar el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos. Se lo pedimos de manera especial.
Desde la llegada del nuevo gobierno, expresó López Obrador, nos hemos encontrado con muchas cosas podridas, entre ellas el entramado de contratos con las constructoras de gasoductos que incluían cláusulas leoninas. Hay disposiciones que obligan al gobierno a pagar aunque la empresa no pueda construir el gasoducto, así como lo están escuchando.
No sólo les ofreció garantías de que esa construcción no pasará por territorios sagrados, sino que anunció que su gobierno prohibió el fracking como método de explotación energética y se canceló la entrega de nuevas concesiones mineras. Describió que durante el periodo neoliberal de Salinas a Calderón se concesionaron 90 millones de hectáreas en todo el país, casi 40 por ciento del total del territorio nacional.
Como parte de su primera gira del 2020, en la que el jefe del Ejecutivo anunció la expansión del programa Sembrando Vida, a Hidalgo y Puebla; además detalló que la finalidad es alcanzar un millón de hectáreas en todo el país, el doble de lo que abarcó en 2019, con un incremento en los sembradores de 230 mil a 450 mil para que trabajen sus tierras, ya sea con árboles maderables, frutales o para la siembra de maíz, frijol, café o cacao.
A su llegada a territorio poblano, las mantas y pancartas ya mostraban la inquietud de las comunidades indígenas. Con la demanda de suministro de agua para la población náhuatl en los alrededores de esta cabecera municipal de Pahua-tlán, repudiaban a la alcaldesa, Guadalupe Ramírez, una mestiza –abucheada en el encuentro– a la que acusan de manipular el abasto hídrico en detrimento de las comunidades de población indígena.
Justicia para Elianny, se leía a la distancia sobre la niña raptada por su padre, respeto a las comunidades, mayor atención médica, pavimentación de carreteras y rehabilitación de caminos, complementaban el paquete de peticiones ante la inusual visita a esta comunidad de un Presidente.
López Obrador no apartó de su discurso la enésima reivindicación de su cruzada contra la corrupción como fórmula para dotar a sus programas sociales de 300 mil millones de pesos. Entre la descripción de beneficios, anunció la ampliación de otro de los programas del que de manera reiterada se expresa satisfecho: la construcción o reconstrucción de caminos en comunidades indígenas de Oaxaca con el trabajo de sus pobladores.
Verdaderas obras de arte, definió la obra civil en su incursión en Tenango de Doria, Hidalgo, para elogiar el trabajo comunitario iniciado a principios de 2019 y que se inaugurará este mes. Anunció a otomíes y tepehuanos de Hidalgo y Puebla que el modelo basado en el trabajo comunitario servirá para reconstruir los devastados caminos de esta región.
La concentración en Hidalgo no estuvo exenta, como la víspera en Tlaxcala, del encono entre los asistentes por la figura del gobernador. En esta ocasión, Omar Fayad trajo a sus huestes dotadas de tambores para disimular la inconformidad contra su figura.
López Obrador rubricó su recorrido con un tuit: En esta primera gira del año por los pueblos indígenas ando contento, me siento realizado. Es un honor servir a todos, pero es una bendición trabajar por los más necesitados y recibir a cambio una palabra, una mirada o una sonrisa sincera.