La diputada local Lilia Rossbach Suárez denunció el aumento de quejas por ruido, que se ha convertido en uno de los problemas más sentidos en la capital del país, por lo que urgió a las autoridades capitalinas a revisar la normatividad sobre contaminación auditiva en la Ciudad de México.
Resaltó que se requiere conocer la evaluación normativa que al respecto ha emprendido la autoridad para atender desde el Congreso la actualización de las reglas mínimas de convivencia, a partir de lo que podría llegar a ser una ley del ruido en la Ciudad de México que conlleve la seguridad jurídica de los ciudadanos y evitar caer en el incumplimiento de la norma.
La legisladora agregó que, ante la percepción de que los parámetros que se implantaron en legislaciones pasadas para limitar el ruido en la ciudad no han tenido un buen resultado, cada vez son más las quejas de habitantes de diversas demarcaciones por la contaminación auditiva.
Señaló que la contaminación auditiva proviene tanto de fuentes fijas, que en parte son atendidas por las autoridades, como móviles, las cuales permanecen sin una metodología para su medición.
Aunado a esa situación, dijo que la Ley de Cultura Cívica prevé sanciones a los infractores de los máximos permitidos en emisiones sonoras, aunque a pesar de ello las faltas regularmente no se sancionan y quedan solamente en una solicitud para que los infractores bajen el volumen.
Ante ello, exhortó a las Secretaría del Medio Ambiente, a la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial y a la Consejería Jurídica y de Servicios Legales para que, en el ámbito de sus competencias, informen sobre incidencia y denuncias en materia de ruido, con lo cual se puedan establecer criterios para futuras políticas públicas en la materia.
Refirió que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la Ciudad de México es la octava metrópoli más ruidosa del mundo, según se desprende del Índice Mundial de la Audición que analiza 50 ciudades del orbe.