El ex presidente Felipe Calderón negó «categóricamente» haber incurrido en acto alguno de corrupción o ilegalidad en la convocatoria o construcción de la llamada «Estela de Luz». La denuncia «es una maniobra política baja, sin sustento legal alguno, que incluso usa frases coloquiales del gobierno como chivos expiatorios pero es frívola e improcedente», estimó el ex mandatario, al ver detrás de ella la intención de desviar la atención de los graves problemas nacionales.
En la querella «ni siquiera hay un acto que específicamente se me impute a ese respecto, salvo el de ser Presidente de la República, y como tal, haber impulsado la Construcción de ese Monumento Conmemorativo», sostuvo.
En un comunicado, Calderón Hinojosa desestimó así la denuncia presentada hoy por empleados de la empresa que construyó esa megaobra a través del abogado Gabriel Regino García, y en la que se le acusa al él, a la ex jefa de la oficina de la Presidencia, Patricia Flores Elizondo, entre otros, por abuso de autoridad y ejercicio indebido de funciones pues a su juicio el fin de la obra fue concretar un esquema de desvío de recursos.
Calderón advirtió que fue justo su administración la que llevó a cabo las investigaciones que llevaron a la consignación en la Procuraduría General de la República (PGR) de los responsables, incluyendo al director de la construcción, al que se le vincula con su mandato aunque, dijo, no conoce. En su documento Calderón explicó que el proyecto fue concursado y decidido por un jurado designado entre el gobierno federal y el de la Ciudad de México, el jurado que lo escogió fue interdisciplinario, con prestigio y decidió de manera independiente.
«Tuvo la más completa libertad para deliberar y entre 37 anteproyectos, en abril de 2009, determinó por unanimidad que la Estela de Luz era el proyecto ganador». Pero el sobrecosto y retardos de la obra se debieron -explicó- a que hubo errores en las ingenierías del proyecto que provocaron retrasos y aumento de los costos.
«El proyecto ganador fue presentado con los planos y cálculos respectivos. Sin embargo, al ponerlo en ejecución, se evidenciaron algunas inconsistencias en las ingenierías que ponían en riesgo la viabilidad del proyecto» por lo que al realizar nuevos estudios se decidió que «la profundidad de las pilas de cimentación pasó de 30 a 50 metros, donde se encontró suelo firme».
De no haberse hecho estas correcciones «la Estela de Luz probablemente se hubiera caído en el temblor de 2017», advirtió.
La denuncia busca «distraer a la opinión pública de los graves problemas nacionales. Hoy mismo el Inegi reportó que la economía cayó al tercer trimestre 0.2% respecto de hace un año. La economía va mal y la inseguridad va peor. Para no hablar de otros temas como el abandono de los temas ambientales y la opacidad en las grandes obras del sexenio», advirtió.