*La Grandeza no se Mide por Centímetros Sino por Sueños
*Del Poder Político Abusón, a la Voracidad Empresarial
*La línea Entre el Pudor y los Negocios que se Tejen
*Y Mientras Tanto el Buen Nivel Cultural Está Muerto
Por Rafael Navarro Barrón
PARIS. Francia.- Resulta sencillo entender el desarrollo de los países europeos a través de un análisis simple, sin recurrir a la tramoya de la sociología y la antropología social. Europa es Europa por su basto antecedente cultural, por su historia de conquistadores y conquistados aprendiendo de cada hito y viviendo su propia enseñanza, porque en las guerras no solo hay vencedores y vencidos, sino experiencias de vida.
No juzgaré a mi país, porque es mi tierra y mi esencia, ni renegaré de Ciudad Juárez, la ciudad donde vivo. Me molesta el garlito de las comparaciones odiosas.
Desde el extranjero entiendo mejor la circunstancia política, cultural y de desarrollo de mi país. Ahora puedo comprender por qué tanto subdesarrollo, por qué tanta miseria y atraso social y urbanístico en el país que tanto amo.
Y como todo humano me causa dolor la cuidad donde vivo. Me perturba pensar en la Juárez violenta, olvidada, mal gobernada, sucia, sin iluminación, cuyos gobernantes se hinchan las manos de tanto robar y se muerden la lengua de tanto mentir.
Servicios caros y malos, vialidades que atentan contra los derechos de los ciudadanos que pagamos impuestos, abusos en los cobros de agua, electricidad, gas, gasolina y predial; hospitales públicos y que echan a la calle a los enfermos para que vayan a morir a otros lugares.
Pero ahora, en París, razono sobre el desarrollo europeo. Los ciudadanos viven en urbes de ensueño y creen que viven en una pocilga porque su cultura los acostumbró a la exigencia, al arte, a la excelencia en la arquitectura, a la comida de primer mundo y no por eso suntuosa, aunque hay de todo.
Se quejan de la calidad urbanística en ciudades que lo tienen todo. La riqueza no los sublima ni los oscurece por dentro porque es ganada con el trabajo, con el l talento, con el arte creador.
En París, Luis XIV los acostumbró a lo mejor y Napoleón primero los enseño a luchar…a conquistar. El rey enorme de 1.90 metros y el emperador minúsculo, pero la grandeza no se mide por centímetros sino por sueños.
Regreso a mi ciudad y descubro la falta de identidad, en todos los rubros. El poder político abusón, la voracidad de la mayoría de los empresarios que han borrado la línea entre el pudor y los negocios que se tejen desde el poder público; giros negros auspiciados por gobernantes voraces asociados con los criminales comunes, organizados y desorganizados y con los peores, los de cuello blanco.
La cultura como tal se reduce a las obras de teatro “basura” que contrata por montones el alcalde en turno a través de la empresa que vende boletos electrónicos, cuya negociación todos sabemos es del presidente municipal, Armando Cabada, pero él la presume como de su cuñada.
El buen nivel cultural está muerto. Nada de qué sentirnos orgullosos. Los teatros sucios, abandonados, destruidos, con goteras porque hay un desprecio por las bellas.
El nuevo rector de la UACJ, Juan Ignacio Camargo Nassar desmanteló toda la estructura que relaciona a la máxima casa de estudios con las bellas artes porque es un individuo limitado, que llegó al poder porque su hermano es el notario público del gobernador Javier Corral.
Otra vez la identidad. El rector es un mostrenco, sentado en una silla que no merece y que no puede dirigir porque el nivel no le alcanza. Entonces, la máxima casa de estudios está dominada por la mediocridad, por el rencor antidemocrático, por la persecución contra los que no lo apoyaron en el proceso electoral interno. Maestros frente a grupo observan desde sus escritorios que el mérito no siempre vale en una sociedad académica comprometida y educada. Aquí lo que importa es la politiquería barata.
Y mira uno el mundo, el desarrollo de otras ciudades y países del mundo y concluimos que México, Chihuahua y Ciudad Juárez no cambiarán hasta que cambie la visión de sus ciudadanos y gobernantes; todo se encierra en la formación cultural.
¿Qué sabiduría adquirirá el pueblo oyendo en cada evento municipal la banda preferida del alcalde, la MS? ¿Qué misión terrenal puede tener un gobernador con serios problemas de origen que intenta ser aristócrata porque juega tenis y golf? Las respuestas son más que obvias.
¡Qué avance se tendrá en la UACJ con un rector cuya mentalidad es la de un cholo crecido que cuida más las flores de su jardín que la cultura universitaria?
Los reinos del mundo crecieron porque hubo conquistados y conquistadores. Aprendieron del dolor y del éxito. Ciudad Juárez sólo tiene conquistados. Nos conquista cualquier truhan a los que después de llegar no los podemos correr ni se quieren ir porque no tenemos la fuerza ciudadana.
Con escuela y sin ella, como el caso de este último alcalde, podemos observar esa escasa visión cultural que se convierte, como una maldición para Juárez, en retroceso para la vida pública. Los políticos dicen que no se requieren carnets escolares, pero la historia nos dice otra cosa.
Veamos la ciudad, escudriñemos sus problemas. Cada bache, cada lámpara apagada, cada cerro de basura y hierba crecida, cada delito que se comete, cada edificio público en calidad de pocilga no son otra cosa que la calificación reprobatoria no obtenida en la escuela, por eso no hay capacidad para distinguir la excelencia de la mediocridad.
Y así vemos que cuando terminan sus negros gobiernos, las anécdotas están plagadas de recuentos vergonzosos, llenos de lujuria y pena.
En los Alpes suizos observo a nuestra sierra tarahumara, pero con cientos de años de atraso. Nada le pedimos a los paisajes de los países europeos, pero si les envidiamos su historia y los sueños de sus ancestrales gobernantes.
Es por eso que el Arco del Triunfo en París no es un simple monumento. Los franceses contemplan en esa edificación la promesa de Napoleón primero que juró a cada soldado, que fue y luchó a favor del imperio que, al regresar a casa, los esperaría una nación agradecida.