Por Nidia Marín
¿Valió la pena romper las normas e imponer a una mujer que de lo que menos sabe es del tratamiento normativo de los derechos humanos en México?
Mientras prevalece la rebelión en contra del desmantelamiento de instituciones, vía la autocracia, misma que se ha traducido en la renuncia de cuatro consejeras de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y un consejero, es posible apreciar la existencia de ciudadanos hombres y mujeres congruentes y consecuentes.
Sí, se ha exhibido el rechazo a la imposición, a la manipulación y al capricho, mientras que los responsables, sea desde Palacio Nacional o desde el Congreso, sólo muestren cinismo.
Ya se cantan los salmos en las exequias de la CNDH y no se espera resurrección… por lo menos en los próximos cinco años, de una institución a la cual ahora hasta el nombre le quieren cambiar por el de “defensoría del pueblo” (algo similar al que tuvo hace casi dos siglos) y tal vez pretendan modificar sus responsabilidades…
La propia Comisión, con Luís Raúl González Pérez como titular, recordó públicamente la lucha por los derechos humanos.
En ese material informativo, mencionó que desde el siglo XIX con la promulgación de la Ley de Procuraduría de Pobres (de 1847) que promovió don Ponciano Arriaga en el estado de San Luis Potosí, inició dicha defensa.
Sin embargo, hasta la segunda mitad del siglo XX fue el surgimiento de diversos órganos públicos cuya finalidad era proteger los derechos de los gobernados frente al poder público.
Así, en 1975 se creó la Procuraduría Federal del Consumidor; después en 1979 la Dirección para la Defensa de los Derechos Humanos en el estado de Nuevo León y posteriormente, en 1983, en el ayuntamiento de la capital de Colima se fundó la Procuraduría de Vecinos, que trascendió más tarde a toda la entidad.
Y el camino continuaría. El 29 de mayo de 1985 la UNAM estableció la Defensoría de los Derechos Universitarios, y en 1986 y 1987 se fundaron la Procuraduría para la Defensa del Indígena en Oaxaca y la Procuraduría Social de la Montaña en Guerrero.
Luego, en 1988 se creó la Procuraduría de Protección Ciudadana de Aguascalientes, figura prevista dentro de la Ley de Responsabilidades para Servidores Públicos y enseguida la Defensoría de los Derechos de los Vecinos en el Municipio de Querétaro, mientras que en la capital del país el Departamento del Distrito Federal estableció la Procuraduría Social el 25 de enero de 1989.
“Respecto de los antecedentes directos de la CNDH, el 13 de febrero de 1989, dentro de la Secretaría de Gobernación, se estableció la Dirección General de Derechos Humanos. Un año más tarde, el 6 de junio de 1990 nació por decreto presidencial una institución denominada Comisión Nacional de Derechos Humanos, constituyéndose como un Organismo desconcentrado de dicha Secretaría. Posteriormente, mediante una reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 28 de enero de 1992, se adicionó el apartado B del artículo 102, elevando a la CNDH a rango constitucional y bajo la naturaleza jurídica de un organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios, dándose de esta forma el surgimiento del llamado Sistema Nacional No Jurisdiccional de Protección de los Derechos Humanos.
“Finalmente, por medio de una reforma constitucional, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 13 de septiembre de 1999, dicho Organismo Nacional se constituyó como una institución con plena autonomía de gestión y presupuestaria, modificándose la denominación de Comisión Nacional de Derechos Humanos por la de Comisión Nacional de los Derechos Humanos”.
Al respecto se dijo: “Esta reforma constituye un gran avance en la función del Ombudsman en México, ya que le permite cumplir con su función de proteger y defender los Derechos Humanos de todos los mexicanos”.
Ya no: RIP.
Bueno, aunque no puedan por órdenes supremas borrar la historia, por decisión unipersonal palaciega habrá una vuelta al pasado de casi dos siglos, con la presunta “Defensoría del Pueblo”.
Hoy muchos esperan ver lo que sucede con la piedra en el zapato, porque como dice el dicho: de acuerdo al sapo es la pedrada.
