Por Emilio Hill
Una fiesta sobria pero dulce y efectiva. Así se puede definir la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia 18-27 octubre-. Uno de los temas principales, puede ser el peligro que entraña el fanatismo. Y es que el filme inaugural “El Joven Ahmed” (“Le Jeune Ahmed”, Bélgica- Francia, 2019, Luc, y Jean Pierre Dardenne), cuenta el relato, la trayectoria siempre dolorosa, iniciática de la adolescencia, combinada con las férreas creencias que nublan la vista, la vida.
El filme, cuenta la vida de Ahmed (Iddir Ben Addi), un casi niño –tiene trece años-, que vive en Bélgica y sigue sin cuestionar nada, las enseñanzas de sub Imam Youssouf (Othmane Moumen), un hombre que se ha dedicado en germinar el el odio y el fanatismo en su joven pupilo.
Ahmed decide que es buena idea, matar a su medio liberal maestra ya que la considera impura. El acto, que no se concreta, lo hace sin pasión, y así le va la vida. La religión es un pretexto para frenar las emociones y pulsiones que surgen en su vida. Porque en el filme, el tema del fanatismo está presente, en este caso en Bélgica –pero el asunto, vaya que inquieta a buena parte de Europa- aunque es solo el vestido externo. La dulce y amarga trayectoria de la adolescencia es el pilar del filme.
La película es conmovedora y honesta. Luc Dardenne, quien valoró la labor de la crítica en la conferencia que dio el 18 de octubre, tocó el peligro que entraña el fanatismo, ya sea político o religioso.
“El Joven Ahmed” fue uno de los bocados fuertes dentro del Festival. No el único. Morelia, como se le conoce de manera coloquial, es uno de los eventos culturales y cinematográficos en los que se puede ver todo tipo de cine. Películas que tardarán incluso en llegar a la cartelera.
En cuanto a trabajos mexicanos en la Sección Funciones especiales internacionales vale la pena destacar el documental “Familia de Medianoche” (Luke Lorentzen, México-Estados Unidos, 2018).
El filme documental, cuenta la vida de la familia Ochoa, quienes viven de manejar una ambulancia en la Ciudad de México. Rescatan vidas, opinan ante la cámara cuando ven una injusticia. Procuran no involucrarse en los casos que atienden. Y al final cobran sus servicios.
La familia está integrada por el padre, un paramédico profesional, un adolescente que maneja la unidad, y un niño de once años. Recorren las calles de la ciudad, se pelean entre ellos, cuentan el dinero que tienen para la comida. Viven su vida entre la tragedia y la cotidianeidad.
“Familia de Medianoche” construye personajes cinematográficos. Un claro ejemplo de cómo el documental es en su esencia cine. El miembro adolescente voltea a ver a la cámara mientras por teléfono se pelea con su novia, el niño se obsesiona con la comida, el padre es temeroso de pelearse con sus hijos. Hay también una dura ambigüedad moral con la familia: salvan vidas, pero a pesar de la tragedia que los roza, se plantan para cobrar. El día que no lo hacen no comen, mientras riñen al pequeño del grupo, un glotón y obeso niño que no quiere ir a la escuela.
Es cine puro.
En el marco del Festival se pudo ver también Vardá por Ágnes (Agnés Vardá, Francia, 2019). Una clase magistral –poco antes de su muerte en marzo de 2019-, hace un recorrido por la trayectoria de Ágnes Vardá. La directora, con más de noventa años a cuesta le dice a los alumnos y a la cámara su mística por el séptimo arte.
La precursora de Nouvelle Vague, juega con sus alumnos, con la cámara, con su vida. La clase cinematográfica se da de forma lúdica, nada densa y fue uno de los filmes de mayor éxito en el marco del Festival. Estuvo presente en esta edición de Morelia Rosalie Vardá, hija de la directora.
La película se exhibió en el marco del Programa Agnés Vardá, en donde se proyectó algo de su extensa filmografía: Cleo de 5 a 7 (Vardá, Francia, 1961), por ejemplo.
Dentro de los Estrenos Internacionales, destaca “El Sendero de la Anaconda” (Alesandro Angulo, Colombia, 2019). Documental que cuenta el proyecto de proteger una reserva ecológica en el Amazonas.
La próxima semana continuamos con más.
