Pensión y Edad de Retiro

Los Privilegios del Poder

Por Verónica V. González y Arnoldo Piñón

En el marco de la inauguración de la Cuarta Convención Nacional de Afores, celebrada semanas atrás, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, habló de la posibilidad de aumentar la edad para el retiro como una opción, entre otras, para incrementar las raquíticas pensiones que reciben los trabajadores al jubilarse.

El titular de Hacienda habló sobre la necesidad de que los trabajadores registren mayores contribuciones a lo largo de su vida laboral. Las formas, dijo, como se pueden hacer estas contribuciones son diversas: aumentar la tasa obligatoria (actualmente de 6.5%), más ahorro voluntario, y considerar el aumento de la edad de retiro, esto último fue lo que más llamó la atención.

El planteamiento del secretario Herrera sobre la edad fue rechazado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sostuvo que mientras él sea jefe del Ejecutivo, no habrá ninguna propuesta de su gobierno en ese sentido.

Declaró que se debe actuar con una política laboral distinta a la aplicada durante el periodo neoliberal, “ya no queremos seguir con lo mismo”, sostuvo.

En México, el acceso a medicamentos y servicios de salud, las condiciones de salubridad, a agua potable y los estándares económicos han permitido que la esperanza de vida de la población se haya duplicado en los últimos noventa años. En 1930 el promedio de vida era de 34 años, actualmente es de 76 años.

La edad de jubilación en nuestro país es de 65 años, aunque existe la propuesta que se eleve a 68 a 70 años, lo que permitiría a los trabajadores con cuentas individuales tener una pensión mayor pero no lo suficiente para satisfacer sus necesidades básicas, para ello se requiere mayor ahorro.

Sin embargo, esta medida también beneficiaría al gobierno federal al permitirle darse un tiempo para aumentar sus recursos y cumplir con sus obligaciones en la materia.

La problemática gubernamental radica en la llamada generación de transición, ante un escenario donde los trabajadores en activo ya no estarán aportando dinero para los pensionados actuales, pues los recursos de los activos se irán directamente a su cuenta individual, y no a las arcas públicas.

Corresponde entonces al gobierno entrar como garante y al final terminar pagando dichos recursos, mismos que deberá financiar con los ingresos que obtenga.

Tan solo en este año el gobierno federal habrá destinado 896 mil millones de pesos en el sistema de pensiones del IMSS, ISSSTE, Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.

Plantear un incremento en la edad de retiro deberá abarcar a los trabajadores en transición y aquellos que tienen cuentas individuales; los primeros darían un respiro al gobierno federal y en los segundos permitiría que se obtuviera un ligero incremento en sus pensiones.

El tema de las pensiones es complejo, el gobierno debe atender diferentes frentes, como las universidades estatales y las municipales, instituciones que enfrentan serios problemas financieros.

La reforma integral a las pensiones es urgente, dejarla pasar podría provocar al gobierno serios problemas financieros y ocasionar en la población descontento similar al registrado en países latinoamericanos como Chile y Argentina, entre otros.

La situación actual de los sistemas de pensiones son varias bombas de tiempo que de estallar pueden ocasionar un efecto en cadena, se requiere que el gobierno federal actúe lo más rápido posible, antes de que sea demasiado tarde.

La mejor edad de retiro será cuando el trabajador obtenga una pensión suficiente que le permita descansar y no, como sucede actualmente, buscar un trabajo extra para completar su ingreso.

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