Luego de que ayer se diera a conocer la suspensión de un magistrado del primer circuito por inconsistencias en su situación financiera y por sus nexos, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que se combata la corrupción y la impunidad en el Poder Judicial.
Tras señalar que si bien no se puede condenar a nadie sin presentar pruebas ni llevar a cabo un proceso como lo establece la ley, afirmó en conferencia de prensa que es un hecho inédito que por presunta corrupción se destituya a un magistrado, ya que antes ese Poder era como “el Castillo de la Pureza”.
“Me parece muy bien porque ha existido la Judicatura y nunca se castigaba a jueces, magistrados, a ministros, menos, y cómo sí a los integrantes del Poder Ejecutivo se les castiga y se les señala si son corruptos, incluso en el caso de legisladores; pero en el Poder Judicial había mucho hermetismo, era como el Castillo de la Pureza, por eso lo celebro, qué bueno que se ventile este asunto”, pese a la polémica, apuntó.
El Ejecutivo federal pidió que nadie se rasgue las vestiduras pues «ya se acabó aquello de que no se podía tocar al intocable; no hay impunidad, no es castigar al que no tiene con qué comprar su inocencia y al que tiene influencias se le protege, se le perdona todo; ya eso se terminó», enfatizó.
Con toda seguridad, señaló, “los afectados” dirán que son represalias, pero descartó que fuera así y cuestionó el supuesto depósito en efectivo por un monto de 80 millones de pesos a favor del magistrado suspendido.
“De ser cierto, no es posible. No se puede tolerar. Se tiene que limpiar de corrupción a todo el gobierno. De arriba para abajo. Que no haya impunidad”, reiteró.
Aseguró que ni siquiera él, como jefe del Ejecutivo, ganaría esa cantidad en todo su sexenio, si acaso ocho o 10 millones (de pesos), pero 80 millones «¿pues de dónde? El gobierno no es para hacer negocio”, enfatizó.
Incluso, afirmó que seguirá impulsando en el Legislativo que el Presidente de la República sea juzgado como cualquier otro mexicano; “tenemos que dar el ejemplo”.
En el caso del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, quien acusó al expresidente Felipe Calderón de haber ejercido presión en su sexenio en los casos de la Guardería ABC, de Hermosillo, Sonora, y de Florence Cassez, López Obrador dijo que no intervendrá pero que tiene plena confianza en el ministro.
“Respeto su punto de vista, yo no me meto en eso; yo la opinión que tengo del ministro Saldívar, presidente de la Corte, es que es un hombre íntegro, que le tengo confianza, es lo que le puedo decir, nada más pero ya meterme a debates sobre otros temas, no; sí lo considero una gente honorable, de bien, me da confianza, si no, no lo diría”, puntualizó.