Doce de las petroleras más grandes del mundo pactaron en la sede de la ONU reducir las emisiones de carbono a la atmósfera. La firma del director de Pemex, Octavio Romero Oropeza no aparece al final del documento.
En la Cumbre sobre el Clima, directivos de la británica BP (Reino Unido), Chevron, ExxonMobil y Occidental (EU), ENI (Italia), Corporación Nacional de Petróleo de China, Equinor (Noruega), Petrobras (Brasil), Total (Francia), Saudi Aramco (Arabia Saudita) y Shell (angloholandesa), que representan 30% de la industria global, se comprometieron a duplicar, antes de 2030, la cantidad de dióxido de carbono que almacenan en el subsuelo para evitar su emisión a la atmósfera.
Las petroleras forman parte de la Iniciativa Climática de Petroleras y Gasistas, estrategia anunciada en 2015 en la COP 21, en París. Pemex firmó ese acuerdo.
Uno de los objetivos planteados ayer es ayudar a descarbonizar diferentes enclaves industriales, comenzando en países como Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Países Bajos y China.
La Iniciativa Climática de Petroleras y Gasistas cuenta con un fondo de mil millones de dólares para apoyar a empresas y potenciar el uso de energías verdes.
«Acelerar la transición energética requiere medidas sostenibles a gran escala y soluciones tecnológicas innovadoras para mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C», señala el documento Ampliación de la acción.
En un correo electrónico se consultó a Pemex sobre las razones de la ausencia en la cumbre de NY, pero hasta cierre de esta edición no había respondido.
Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que, con una inversión de 12 mil 500 millones de pesos, las seis refinerías del país aumentaron su producción de 35 a 50% en este año.
Consultado sobre si se pronunciaría por una urgencia climatológica, como ya lo hizo el presidente francés Emmanuel Macron, el mexicano dijo que más que una declaratoria, “lo que tenemos que hacer es llevar a cabo acciones para regenerar el medio ambiente, para reforestar, para limpiar el agua».
Ramsés Pech, experto en energía, explicó que la captura del dióxido de carbono es un buen negocio en el mercado de valores. Sólo en la Bolsa de Reino Unido el kilogramo de dióxido de carbono se negocia en alrededor de 25 dólares, cuando en marzo rondaba en 20 dólares.