Celebración de la Independencia: ¿Unión o Desunión de los Mexicanos?

Artículo Invitado

Por Luis Miguel Anzures

Hace algunos días se llevó a cabo, la celebración 208 del proceso de independencia de México. Como es sabido, millones de mexicanos celebraron las fiestas patrias en su casa o en plazas públicas. Al respecto es conveniente preguntarse: ¿son días en los que las diferencias se dejan de lado a favor de la unidad nacional o persisten las discrepancias sociales y políticas en las diversas maneras de celebrar la independencia del país?

Como ya empieza a ser costumbre en algunos medios de comunicación y en especial en El Financiero, las encuestas nos ofrecen valiosa información para formular algunas respuestas a esta curiosidad.  A través de un muestreo nacional de manera telefónica realizado en el mes de septiembre a 410 personas adultas, se incluyeron algunas preguntas relativas para conocer, si los mexicanos tenían o no pensado, celebrar las fiestas patrias y de qué manera lo harían.

De acuerdo con el sondeo, el 74 por ciento de los entrevistados dijo que sí celebraría las fiestas patrias, mientras que el 24 por ciento expreso su negativa. Lo anterior es quizás un primer elemento de aproximación que refleja la distribución de aceptación social que tiene la 4T. La celebración no es unánime: uno de cada cuatro mexicanos entrevistados no pensó en unirse a las fiestas nacionales.

Según la encuesta, 59 por ciento manifestó interés en ver por televisión el grito de Independencia que dio el presidente, Andrés Manuel López Obrador desde el Zócalo de la Ciudad de México, el primero en su cargo como titular del ejecutivo federal. Si bien la audiencia podrá ser verificable por medio de los ratings, el sondeo indica que, a más de la mitad de la población encuestada, le agradaba más la idea de ver la transmisión del grito desde Palacio Nacional.

Por otra parte, una de las particularidades del mes de septiembre en las calles del país, son los puestos de banderas. Por la carga simbólica que representan pudieran interpretarse como un elemento para medir (de manera rápida), el sentido de pertenencia de los mexicanos por su país. Según la encuesta, casi la mitad de los entrevistados, 48 por ciento, manifestó haber comprado un accesorio de este tipo, o el deseo de comprar, una bandera nacional en los días patrios.

Finalmente, casi un tercio de los encuestados, el 29 por ciento, manifestaba tener la intención de asistir a alguna plaza pública para celebrar y dar el grito de Independencia la noche del 15 de septiembre.

En lo que respecta a la demografía de las celebraciones, según el estudio demoscópico, arrojó algunas diferencias interesantes. Por ejemplo, los hombres expresaron una mayor intención de acudir a las plazas públicas que las mujeres, pero ellas presentaban mayor predisposición a ver el Grito de Independencia por televisión que ellos. Los jóvenes también pensaban más en salir a celebrar, mientras que las personas mayores reportaban un mayor consumo (y muy probablemente un mayor despliegue) de banderas.

En términos socioeconómicos, los entrevistados más altos niveles de ingreso expresaron un mayor deseo de celebrar las fiestas patrias, reportaban más consumo de banderas y una mayor intención de ir a alguna plaza pública a dar el grito. Por su parte, los entrevistados de menores ingresos expresaron una mayor intención de ver el grito de Independencia por TV.

Pero y en todo este contexto, ¿qué similitudes y qué diferencias políticas arroja la encuesta? Una similitud que puede apreciarse con claridad, es que la intención de celebrar las fiestas patrias fue la misma entre los entrevistados que aprueban y desaprueban la labor del Presidente. Hay unidad en ese sentido y lo números demuestran una correlación de datos.

Lo mismo sucedió con la intención de asistir a alguna plaza pública la noche del 15: no existía diferencia entre seguidores y antagonistas del mandatario. En contraposición, una diferencia evidente, es que los que aprueban al Presidente de la República, reportan un mayor uso de banderas, lo cual denota un mayor fervor en mostrar su actual nivel de nacionalismo y su sentido de pertenencia hacia el sentimiento ideológico que encumbra este gobierno.

También es importante mencionar que quienes aprueban al Presidente están más dispuestos a ver el grito por televisión, que quienes lo desaprueban.

Este supuesto, se confirma considerando la orientación partidaria de los entrevistados: los morenistas eran los más proclives a seguir el grito de AMLO por TV y asistir a alguna plaza pública a celebrar la independencia del país. Sin embargo, los priistas y los panistas afirmaron en mayor medida, que tenían la intención de celebrar las fiestas patrias, de alguna otra manera.

Por lo tanto, se puede concluir que, si bien el nacionalismo une a los mexicanos, la forma de celebrar las fiestas nacionales denota diferencias demográficas, de clase y hasta de preferencias partidistas. En este sentido, fue interesante observar que el discurso del presidente no tuvo la intención de dividir en bandos el espectro ideológico nacional, lo que puede considerarse un acierto en el manejo de su imagen y simbolismo de la figura presidencial.

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