*Sin Acreditar la Responsabilidad de Gordillo
*Robles Calla y Otorga; sin Abogado y sin Dinero
*Duarte, Borge, Hernández, Yarrington y Otros
*Lealtad Hasta la Ignominia o Vida por Delante
*Historias en Torno a los ex Gobernadores Presos
*Algunos Podrían ser Extraditados a Estados Unidos
Por Gerardo Lavalle
Encarcelados por delitos graves y no graves, los políticos que ingresaron a los penales han guardado la joya más preciosa en política: el silencio.
Y callar los ha llevado a obtener sus libertades o bien ser tratados con “ciertos privilegios”.
Ninguno de los que están tras las rejas ha declarado en contra de sus superiores.
Revisemos la línea del tiempo: el 26 febrero de 2013, apenas 88 días después de tomar posesión Enrique Peña Nieto, la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo fue aprehendida en el aeropuerto de Toluca e internada en Santa Martha Acatitla de donde salió para ser traslada al Reclusorio Sur, en Tepepan, para ser atendida de sus enfermedades; antes había sido llevada a hospitales privados.
Su libertad definitiva la obtuvo 5 años después. El 8 de agosto de 2018 fue absuelta de los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada por el juez Miguel Ángel Aguilar López, Presidente del Primer Tribunal Unitario Penal en la Ciudad de México, quien declaró procedente un incidente de sobreseimiento del proceso. Las pruebas acumuladas en el proceso no acreditaron la responsabilidad de Gordillo.
El silencio paga.
Los exgobernadores Javier Duarte de Ochoa, Roberto Borge Angulo, Eugenio Hernández Flores y Tomás Yarrignton Ruvalcaba, todos en prisión, han mantenido el silencio. César Duarte Jáquez se encuentra prófugo de la justicia y es buscado en 198 países por la Interpol.
De lo que se conoce de los procesos incoados en contra de los cinco exmandatarios, todos militantes del PRI, no han declarado en contra de quienes presuntamente habrían dado órdenes o autorización para los ilícitos que se les imputan.
DUARTE: ¿A UN PASO DE LA LIBERTAD?
Parte del “nuevo rostro” del PRI lo representó Javier Duarte de Ochoa quien como gobernador de Veracruz hizo que su partido perdiera por primera ocasión el control político del estado.
Se atribuye a su exceso de corrupción el rechazo de los veracruzanos y a la campaña de Miguel Ángel Yunes en la que su bandera era el encarcelamiento de Duarte.
Antes de terminar su gestión, 47 días, el 12 de octubre de 2016, pidió licencia para “enfrentar los cargos y limpiar su nombre” situación que no cumplió y se dio a la fuga en un helicóptero oficial del gobierno del estado. Durante 6 meses y 2 días evadió las órdenes de aprehensión hasta que finalmente su detenido en hotel de Panajachel, Departamento de Sololá, Guatemala. El 4 de julio se allanó y fue extraditado.
Los ojos del mundo político, jurídico y periodístico estaban fijos en el exgobernador. Se esperaba que revelara nombres de personajes de las más altas esferas gubernamental y empresarial.
Vestigios, sugerencias, falsas indicaciones… al final, nada.
Acusado de lavado de dinero y delincuencia organizada, Duarte de Ochoa ha pasado en el reclusorio norte 27 meses. Ha gozado de “privilegios” de tener una celda para él, poder convocar a la prensa para hacer declaraciones, tener acceso a un teléfono y comida especial: huevos y verduras por sus problemas de salud.
En los casi 840 días de reclusión, Duarte no ha mencionado por su nombre a nadie que pueda ser investigado y en su caso sometido a proceso.
Hoy se habla de su “inminente libertad”… sería al cumplir 3 años de reclusión, la tercera parte de la sentencia, suspendida por oros juez federal porque en el proceso abreviado se utilizaron pruebas ilícitas.
El silencio paga.
YARRIGTON Y FLORES
Los exgobernadores de Tamaulipas, Yarrington Ruvalcaba y Hernández Flores están en prisión. El primero en Estados Unidos, en donde espera el inicio de su juicio programado para el próximo año en la ciudad de Brownsville, Texas. Detenido en Florencia, Italia, fue extraditado el 20 de abril de 2018 a Estados Unidos donde se mantiene en prisión y enfrenta cargos por los delitos de tráfico de drogas, extorsión, fraude y lavado de capitales.
Al que fuera gobernador durante los sexenios de Ernesto Zedillo Ponce de León y Vicente Fox Quesada, se le ligó con Los Zetas y con el Cártel del Golfo. En su gestión se cometieron asesinatos de personajes de la política tamaulipeca y finalmente hay quien afirma que presuntamente ordenó el asesinato del candidato a gobernador Rodolfo Torre Cantú.
De Hernández Flores hay acusaciones de lavado de dinero y nexos con el crimen organizado. La herencia de su predecesor.
Durante los siguientes seis años después de su gestión, Hernández Flores decidió vivir en Quintana Roo, en donde gobernaba Roberto Borge Angulo, con quien presuntamente realizó negocios, que le permitieron adquirir 8 propiedades que fueron incautadas por la Subprocuraduría de Investigaciones Especializada en Delincuencia Organizada (SEIDO). Sin embargo, los bienes del exgobernador se mantuvieron en su poder luego del fracaso de las investigaciones.
No todo estaba escrito. En julio de 2014 la DEA hizo públicos los presuntos sobornos que recibió del Cartel del Golfo para permitirles actuar con libertad en Tamaulipas. Tampoco le comprobaron nada. Pero el empresario Guillermo Flores Cordero, quien fue aprehendido por la agencia estadounidense involucró a Hernández Flores y aunque rechazó las imputaciones el tiempo no actuó en su favor. Ni perdón ni olvido.
Cuando menos lo esperaba, Eugenio Hernández fue arrestado el 6 de octubre de 2017, fue arrestado en Ciudad Victoria.
Estados Unidos lo reclama. Por lo pronto, se encuentra en El Altiplano.
Y que se conozca, hasta ahora, no ha mencionado a ningún político o criminal que pudiera hacerle compañía. Espera que su extrt5adición se resuelva y que no se conceda.
El silencio paga.
BORGE… DESDE PANAMÁ
Acusado de desviar recursos, de vender propiedades del estado a precios inferiores y de lavar dinero, Roberto Borge Angulo puso pies en polvorosa y huyó del país. No se presentó a entregar el gobierno al sucesor, Carlos Joaquín González, quien llegó al poder abanderado por el PRD.
Borge es el segundo gobernador de Quintana Roo que es encarcelado. El primero, Mario Villanueva, quien curiosamente tampoco se presentó a entregar el gobierno a su sucesor Joaquín Hendricks Díaz. Fue acusado de narcotráfico y lavado de dinero, por lo cual fue encarcelado en México y cuando festejaba su libertad fue reaprehendido para ser extraditado a Estados Unidos, en donde lo reclamaba la justicia.
Borge, otro de los “nuevos rostros” del PRI, fue detenido en Panamá y extraditado a México, en donde se encuentra en Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial (Ceferepsi) de Morelos.
El exmandatario fue aprehendido en Panamá el 4 de julio de 2017 y sometido a proceso el 13 de mayo de este año.
A pesar del presunto cúmulo de pruebas, Borge goza de libertades que otros reclusos no.
El silencio paga.
EL OTRO DUARTE
Acusado de desviar recursos federales para cubrir campañas del PRI, el exgobernador César Duarte Jáquez es prófugo de la justicia.
Durante su mandato, señala el sucesor Javier Corral Jurado, su antecesor también tomó dinero público para comprar el Banco Progreso y cuando menos tres ranchos ganaderos.
A pesar de las acusaciones, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto la Procuraduría General de la República las “archivó” y César Duarte se trasladó a vivir a Estados Unidos, presumiblemente en Texas primero y en Las Rocallosas y Nebraska.
Con quienes habló dos años atrás, declaró ser un perseguido político y por ello solicitó asilo en Estados Unidos, cuya petición aún se encuentra en estudio.
Hasta el momento no se conoce declaración alguna del exgobernador que relacione a políticos o empresarios en sus desvíos. Por ello, acusa Corral, sigue en libertad, aunque la pinza se cierra y la Interpol ya lo busca para detenerlo y extraditarlo, si procede, a México.
El silencio paga.
ROSARIO ROBLES, ¿CHIVO EXPIATORIO?
Cuando terminaba la audiencia el juez la declaró imputada y ordenó la prisión preventiva justificada por dos meses.
A Rosario Robles se le atribuye el presunto delito de ejercicio indebido de la función pública cuando fue titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y de la de Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Es figura central de la Estafa Maestra, un trabajo periodístico de Animal Político y Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad (MCCI) y que con informes de la Auditoría Superior de la Federación exhibió el desvío de 7 mil millones de pesos.
Robles, detenida el 13 de agosto, no ha mencionado a nadie de jerarquía superior –que no podría ser otro que el presidente Peña Nieto- y ha tratado de demostrar su inocencia sin involucrar a su exjefe.
De acuerdo con la orden del juez, Robles estará en el penal de Santa Martha Acatitla hasta el 13 de octubre cuando se venza el plazo para determinar si es o no responsable de la imputación que le hizo el juzgador.
En los 10 meses que lleva fuera del Gobierno –terminó su gestión el 30 de noviembre de 2018-Rbles y una docena de sus excolaboradores, han sido mencionados por el presunto desvío de los recursos. Sin embargo, en todo ese tiempo no ha señalado a nadie de haberle ordenado realizar los actos que se le imputan.
El silencio paga.