La muerte de ocho presuntos narcotraficantes durante un tiroteo la pasada semana en la fronteriza ciudad mexicana de Nuevo Laredo fue en realidad una ejecución extrajudicial, denunció el director del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos.
Según el activista, los policías estatales realizaron el montaje ayudados por elementos del Ejército, quienes acordonaron el lugar de los hechos, a fin de «aparentar que la autoridad está trabajando y le está ganando la carrera a los criminales» en el estado, uno de los que más sufre la violencia en México.
«Si la autoridad estatal no puede combatir la delincuencia con la aplicación de la ley, va a buscar la ilegalidad para obtener el mismo resultado. Y para ello le quitaron la vida a varias personas haciéndoles pasar por sicarios», denunció el activista.
De acuerdo con la versión oficial, la mañana del 5 de septiembre sucedió un tiroteo entre policías estatales y presuntos narcotraficantes.
Por el lugar circulaba una camioneta blindada color negro con cinco hombres armados vestidos con uniformes militares similares a los que usa la Marina Armada de México, pero en sus chalecos antibalas estaba escrito ‘Cartel del Noreste’, anteriormente llamados los Zetas.
Los policías y delincuentes intercambiaron disparos y un presunto sicario murió en el interior de la camioneta mientras el resto se refugió en el interior de un domicilio.
El resto de los presuntos criminales murieron en la casa, según el reporte de la Procuraduría.
El enfrentamiento ocurrió después de que militares y efectivos de la Secretaría de Seguridad de Tamaulipas reforzaron la vigilancia en las estaciones de venta de gasolina debido a reportes de que estaban siendo amenazadas para que no venderle a patrullas de las fuerzas de seguridad.
No obstante, Ramos apuntó que las imágenes de los cinco hombres y tres mujeres fallecidos, vestidos con uniforme estilo militar pero con chalecos del cártel y difundidas por el Gobierno estatal, fue «un auténtico montaje».