Tiempos del Apogeo de los Abusos, Trampas, Fraudes, Corrupción

Frontera Norte Ciudad Juárez

*El Inclemente Horno del Norte de Chihuahua

*El Por qué el Voto que se Volcó por López Obrador

*Gas LP y Natural, Convertidos en un Filón de oro

*Economía, la más Beneficiada con el Caos Fronterizo

*Sin disminución de Tarifas Eléctricas, ni de Gas

Por Rafael Navarro Barrón

Calentamiento global, años malos, “El Niño”, “La Niña” o el argumento científico que se acomode, han convertido el norte de Chihuahua en un auténtico horno, con temperaturas rebasadas de 40 grados centígrados en un inclemente desierto que no tiene zonas arboladas, manantiales naturales o cercanía alguna con el mar.

El manantial histórico de Ciudad Juárez, es el emblemático río Bravo, pero ha sido secuestrado por los Estados Unidos que desde hace años acumula nuestra agua en la presa de El Elefante y la suelta cada vez que paga la cuota de agua rodada para el riego de la zona agrícola conocida como el Valle de Juárez.

Por eso, cuando el candidato Andrés Manuel López Obrador ofreció a los juarenses que las tarifas de electricidad y gas serían iguales (o parecidas) a las de El Paso, Texas, el voto se volcó a favor del dueño de Morena; luego nos ilusionó con la zona franca o zona económica libre, que se convirtió en la zona patito, sin ningún avance.

Vivir en una ciudad donde nos quema el calor y nos sacude el frío, es complicado, inhumano para los pobres extremos. Eso no importa a la Comisión Federal de Electricidad que emprende con frecuencia acciones legales en colonias pobres, porque los inquilinos no pueden pagar el recibo y se “cuelgan”.

Mientras los abusos se recrudecen contra los pobres, los empleados de la CFE acuden a las casas ricas a ofrecer sus servicios de medidores que se activan y desactivan con control remoto, para que puedan utilizar la electricidad que sea necesaria sin cobros excesivos.

Y así sucede con el gas Licuado de Petróleo (LP) y el gas natural, que se han convertido en un filón de oro para muchos. Las compañías gaseras han promovido fuertemente la corrupción en dependencias como Protección Civil (estatal y municipal); Procuraduría Federal del Consumidor, a quien se le otorga una cantidad fija mensual con varios ceros para evitar que procedan en las múltiples quejas de los usuarios que se quejan de recibir tanques llenos de aire que se acaban uno o dos días después de ser comprados.

Gas Natural también hace lo propio, inflando los recibos del combustible impunemente, inyectando aire por las tuberías y aplicando incrementos cada vez que les da la gana.

En la polla gasera aparece también la Secretaría de Economía, la más beneficiada con el caos fronterizo. Millones de pesos, que finalmente redundaban en el costo final del gas y en las trampas de las compañías, son entregados a sus delegados que, a su vez, remitían una parte de las oficinas centrales a la ciudad de México.

En tiempos de campañas políticas, las tarifas del gas se incrementaban -algunos centavos o pesos-, con autorización de la dependencia reguladora a nivel nacional. Los remanentes son entregados al partido político en el gobierno para sus candidatos.

Y en esta vorágine, los abusos, las trampas, los fraudes, la corrupción en todo su apogeo, se contrasta con los bajos costos en la ciudad gemela (como se le llama a El Paso, Texas). Sus contribuyentes gozan de un gas barato, cuyos recibos, en el peor de los casos, apenas llegan a los 40 dólares mensuales ($736 pesos), un poco menos que el costo de un tanque de 45 kilogramos de gas LP que se consume en el mismo periodo en México.

En Ciudad Juárez, la mayoría de los consumidores de gas natural han decidido reducir, se utiliza únicamente para estufa y el boiler. Miles de calefacciones ‘centrales’, que operan con ese combustible, han sido desechadas y en su lugar se han colocado artefactos portátiles que operan con gas LP.

Es más que evidente el abuso que desde el imperio de Gas Natural del Norte, de la familia Fuentes, se comete en contra de los juarenses; los grandes negocios, como las maquiladoras, han sucumbido ante el embate bestial de tarifas que son un verdadero atraco, todo al amparo del gobierno.

Y es aquí donde el consumidor no se explica por qué en una vivienda de Ciudad Juárez se paga cinco o seis veces más el costo del combustible que el mismo producto ofrecido en los Estados Unidos.

La respuesta es más que evidente, los juarenses, desde hace años, pagamos el costo de la corrupción, que es muy alto, y las prebendas que reciben los políticos para seguir escalando en sus puestos.

De allí que dos de los distinguidos militantes de la familia Fuentes, hayan ocupado, en distintos tiempos, cargos legislativos y estén tan ligados al partido que los solapó durante años.

La conclusión es más que obvia: en el limitado tiempo de la 4T, ni disminución de tarifas eléctricas, ni pronunciamientos a favor de una mejor tarifa de gas LP y Natural. En este escaso gobierno se percibe que el candidato López Obrador engañó a los fronterizos como ha engañado al resto del país.

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