Por Jesús Michel Narváez
Creerlo o no, es cuestión personal. Pero la versión que corre en los pasillos del Senado y de Morena es que Martí Batres es el “soldado más fiel del ejército que acompaña a Andrés Manuel (el Presidente)”.
Y siempre, comentan “el Presidente le da de coscorrones”.
Y le añaden: “así es Andrés (el Presidente)… con todos los que le son fieles es poco agradecido”.
Sea como fuere y si las versiones tienen cierta credibilidad, lo cierto es que el senador está inconforme con que no lo hayan reelecto como presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República y ya prepara la impugnación ante las instancias correspondientes de la dirigencia morenista.
Se compromete a no judicializar el tema, pero reclama la reposición del proceso. Eso sí, en conferencia de prensa, se negó a explicar el significado de “cañonazos”, amenazas, chantajes y presiones que, supuestamente, se realizaron en su contra.
Por supuesto, el distanciamiento con Ricardo Monreal es mayor y más aún cuando le pidió que presentara la denuncia penal por el señalamiento de los “cañonazos”.
Los que hemos leído algo de historia, sobre todo de la sacrosanta y casi moribunda re3volución mexicana, sabemos que los “cañonazos” los inventó Álvaro Obregón y consistían en bolsas con 50 mil pesos oro. Vaya que valían.
El fiel soldado de Andrés Manuel (el Presidente) fue el que utilizó el vocablo “cañonazos” en la conferencia del lunes, luego de que le dieron palo y no logró que sus pares lo reeligieran y que los votos de cinco senadores del PES lo derrotaran.
La nueva presidenta, Mónica Fernández, al igual que aquellos que tienen el poder y viven en otro mundo, declaró que su elección “fue una elección justa’’, aunque así no lo vea el fiel soldado.
La senadora por Tabasco fue más allá: “No hay quiebre, buscaré la unidad. No hay quiebre ni discusión. Todo está en orden, no hay discusión de ningún tipo. La prioridad ahorita es sacar la agenda legislativa’’.
Si no hay quiebre, que alguien nos explique porque Batres llevará su queja a la máxima autoridad partidista para que se reponga la elección.
Si no hay quiebre ¿qué razón tendría el Presidente de anunciar que enviará una carta al Congreso cuando inicie el periodo ordinario?
Pretender tapar el sol con el manto de la pureza divina guinda, no borrará el hecho de que a Batres le quitaron los reflectores, el manejo de cuantiosos recursos y lo dejará, si insiste en su soberbia, sin presidir comisión alguna.
Si no hay quiebre, por qué Monreal le pidió presentar una denuncia penal.
No, sí hay quiebre y profundo. La fractura prevalecerá por buen tiempo y seguramente, ya sabe usted quien, meterá las manos aunque lo niegue, para que Morena no pierda el rumbo ni los principios que pregona.
Por lo pronto, el fiel soldado de Andrés Manuel (el Presidente) tratará de que el coraje se le pase y que en su futuro haya algo promisorio. Que su sueño, el de ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de México sea la recompensa por la degradación sufrida por el rechazo a su reelección.
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