“El Embrión Mortífero”

Del Cine y las Leyes

No por Mucho Madrugar…

Por Horacio Armando Hernández Orozco

“El Embrión Mortífero” (“Embryo”), es un thriller de ciencia ficción de 1975, dirigido por Ralph Nelson, con Rock Hudson (Dr. Paul Holliston), Barbara Carrera (Victoria Spencer), Diane Ladd (Martha Douglas), Anne Schedeen (Helen Holliston), John Elerick (Gordon Holliston) y Jack Colvin (Dr. Jim Winston).

El Dr. Paul Holliston, es un científico que experimenta con embriones de perros para que se desarrollen fuera de la matriz mediante técnicas de terapia hormonal; ante el aparente éxito, prueba con un embrión humano, y éste en cuestión de cuatro semanas se transforma en una hermosa mujer a la que el médico da el nombre de Victoria.

El tema central es la manipulación de embriones humanos para acelerar su crecimiento a través de hormonas derivadas de células madre, siendo esto, una cuestión deferente a la fecundación in vitro, pero igualmente cuestionable para la bioética.

SALVANDO UNA VIDA

Es una noche lluviosa, el doctor Paul Holliston, conduce a alta velocidad, imprudencialmente atropella a una dóberman; el científico la traslada a su hogar, donde en su laboratorio personal procura sanarla, percatándose que la perrita se encuentra embarazada, por lo que saca los fetos y trata de salvarles la vida, logrando hacerlo sólo con uno, al que nombra Número Uno.

La manipulación de embriones y de genes ha sido una constante de experimentos, pero en muchos de los casos son ajenos a la llamada medicina experimental, en la cual, el hospital se convierte en un laboratorio, en que a través de una metodología específica se buscan avances en la medicina.

La mayoría de las instituciones públicas, e inclusive las privadas, establecen límites a la medicina experimental, en muchas de las ocasiones por disposiciones legales y en otras por autolimitación; la película no trata en forma directa aspectos de bioética sobre la medicina experimental, pero el uso indebido de un tratamiento hormonal, puede traer consecuencias s son fatales.

GESTANDO UNA VIDA

El efecto secundario del tratamiento hormonal es un crecimiento acelerado del embrión, por lo que Paul Holliston coloca en una incubadora al pequeño dóberman, y en cuestión de 48 horas ahora tiene a un perro adulto que es normal y muy inteligente, de hecho, no requiere de entrenamiento, pues obedece plenamente; por lo que Paul hace creer a su familia que se trata del perro atropellado y que los fetos fallecieron.

El aparente éxito en el tratamiento seduce al Holliston para experimentar con un embrión humano, así que contacta a su colega el doctor Jim Winston para que le consiga un feto humano vivo que no tenga más de cuatro meses de gestación; una joven mujer embarazada se accidenta y así es cómo obtiene el embrión humano.

Esta segunda parte de la cinta muestra los vicisitudes que afronta el protagonista, toda vez que no está logrando el mismo resultado, al final nace una bebé, y la pone en la incubadora, pero no logra detener el efecto del aceleramiento en el crecimiento.

Esta manipulación embrionaria y el crecimiento incontrolado hace que la bebé pierda toda su experiencia infantil, no tiene recuerdos ni ha jugado lo que todo niño de su edad juega; de hecho, el nacimiento se da de una mujer joven de aproximadamente 26 años.

Estos planteamientos son límites a la medicina experimental, que varios de sus logros se han trasladado al campo de engorda y crecimiento acelerado de animales de consumo humano, en cuyo caso no se cuestiona la omisión del crecimiento normal.

APRENDIZAJE ACELERADO

Paul le enseña las lecciones de la vida que tendría que haber aprendido durante el paso de niña a mujer, y esas lecciones se completan por la noche, siendo sorprendente la inteligencia de Victoria, que aprende con gran rapidez.

Ludwig Wittgenstein, en su Teoría del Significado, sostiene que el aprendizaje humano se produce unido a una forma de vida, a una estructura determinada por la realidad, los seres humanos no podrían aprender a contar si todos los objetos que le rodean, aparecieran y desaparecieran continuamente; esto es, que el aprendizaje está condicionado por el entorno, por los hechos naturales.

En esta postura del aprendizaje, la realidad se determina por el lenguaje y el sujeto aprende cuando utiliza el lenguaje, tan es así, que Victoria una vez que aprende a hablar agiliza su aprendizaje.

VEJEZ PREMATURA

El instinto sexual despierta en Victoria y queda encinta, esto ocasiona que empiece a envejecer prematuramente; el antídoto es usar las células de otro embrión humano para detener el envejecimiento y así rejuvenecer; para cumplir su propósito decide matar a Helen Holliston, nuera de Paul, que está embarazada.

Es una película de ciencia ficción de la década de los 70, pero en ella se hace alusión a las llamadas células madre, que son  aquellas células indiferenciadas que pueden dar lugar a distintos tipos de tejidos, como los constituidos por células hepáticas, nerviosas, epiteliales o a las diversas estirpes de células sanguíneas, es decir, son células que “aún no han decidido en qué convertirse”.

Aquí entra en juego la medicina regenerativa y las áreas de investigación que se vinculan a ella, como lo es la terapia celular; en la actualidad, los científicos estudian la posibilidad de utilizar el potencial natural de las células madre para curar enfermedades producidas por lesiones en determinados tejidos o grupos celulares, por ejemplo, las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer que son fruto de daño celular en determinados grupos de células cerebrales.

Desde enero de 2013, en México, los establecimientos que trabajan con células madre deben contar con un permiso, esto de acuerdo a la reforma que se hizo a Ley General de Salud.

Todos los hospitales y centros de atención obstétrica deben obtener el consentimiento expreso y confidencial de las mujeres embarazadas sobre la donación de la sangre de la placenta para obtener las células madre para usos terapéuticos e investigación.

La ley prohíbe que se obtengan beneficios de la extracción, análisis, conservación, preparación, distribución y comercio de las células madre o troncales; siendo el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea el encargado de mantener un registro del uso de las células madre.

Hoy en día, el uso de células madre provenientes del feto ha generado oposición entre quienes consideran que el embrión es una vida humana; pero, más allá de este tipo de conceptualizaciones ¿será bioético experimentar con embriones humanos?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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