*La Ordenada Visita a las Islas Cíes en la Ría de Vigo
*Contraste Mexicano: Terrible Estado de Veredas y Playas
*¿Por qué Hemos Llegado a Esta Inseguridad?
*Las Autoridades en no han Hecho su Trabajo
Por Silvestre Villegas Revueltas
Dice un viejo adagio que “los viajes ilustran” y ello es especialmente educativo cuando se visita un país en condición de viajero curioso que no de turista que a manera de corriente multitudinaria abarrota ciudades, templos religiosos o destinos ecológicos. El pasado mes de julio tuve la oportunidad de viajar por tres regiones muy distintas de España: Galicia, Andalucía y la Comunidad de Madrid. Zonas geográficas de un mismo país, conglomerados humanos de un mismo reino y diferentes realidades culturales que muestran el caleidoscópico perfil español que fascina a pueblos más homogéneos como los británicos y alemanes.
De las muchas impresiones destacaremos las siguientes. Primero. Es una realidad, no solo por lo que pude percatarme, sino por lo que cotidianamente se informa a través de los medios de difusión y por la correspondencia particular, el uso y disfrute que hacen los españoles de sus espacios verdes que lo mismo son plazas arboladas que senderismo en la multiplicidad de parques públicos y bosques que rodean pueblos y ciudades: la seguridad en el campo produce que los ciudadanos españoles y muchos extranjeros disfruten de la naturaleza. Un ejemplo de ello es la ordenada visita a las Islas Cíes en la ría de Vigo, el recorrido de muchos pueblos pertenecientes a las rías bajas acompañado el trayecto por sendos vinos albariños o el buen estado de pueblos y caseríos que rodean a la ciudad de Santiago de Compostela.
El esquema opuesto es lo que ha ido sucediendo en el campo mexicano, puesto que desde mediados de los años de 1980 la progresiva inseguridad produjo el terrible estado que hoy define las veredas, bosques, playas y parques mexicanos. En los años de 1960 y 1970 las familias tranquilamente podían hacer días de campo en el Estado de México, Guanajuato o Jalisco; los más experimentados y entusiastas acampaban en las playas de Michoacán, Sinaloa o Veracruz; los jóvenes discotequeros tomaban carro a medianoche para llegar temprano a Acapulco o el afán gastronómico provocaba comer lonches en las granjas menonitas de Durango, Mole Poblano en Tepeaca o fresas con crema ¡¡en Chalco!! Hoy en 2019, pero viene de años atrás, hacer lo descrito líneas arriba puede resultar en un atentado a la integridad física de las familias.
¿Por qué hemos llegado a semejante estado de inseguridad? Porque las autoridades en sus diferentes niveles de gobierno no han hecho su trabajo, no han brindado seguridad que es uno de los tres elementos básicos del contrato social, o peor, se han ligado y asociado con el crimen organizado.
El segundo tema a discutir son las vías de comunicación. Para desplazarme a Galicia, Andalucía y la Comunidad de Madrid utilicé ferrocarriles, aviones y auto particular. Los trenes AVE, ALVIA y de Cercanías son muy buenos, limpios, puntuales; no todo es miel sobre hojuelas porque me tocó huelga de un día de empleados ferrocarrileros que dificultó, que no canceló mi trayecto a Jerez de la Frontera. En cuanto a los aeropuertos, el de Vigo es muy moderno, pero tiene que superar la competencia con el de Santiago haciendo un todo organizado respecto a mecánicos y autoridades aeronáuticas. Como siempre, muy eficiente la terminal 4 de Barajas y en cuanto al aeropuerto de Sevilla me recordó a los mexicanos. Finalmente, respecto a las carreteras, España las transformó de una vías estrechas, que a manera de burla el comic Asterix las mostraba llenas de baches desde el tiempo del Imperio Romano, a la actual red de autopistas y carreteras vecinales perfectamente asfaltadas y señalizadas.
La realidad opuesta es lo que en el tema de los trenes sucedió en México desde los años de 1930. La Revolución Mexicana tuvo diversos aciertos, pero uno de los errores fundamentales de la postrevolución fueron los errores en la empresa estatal Ferrocarriles de México. Autoridades y sindicato terminaron por quebrar un transporte que hoy 2019 debería ser ejemplo de modernidad. No se nos debe olvidar que fue el gobierno de Salinas de Gortari, quien le dio la estocada final a los moribundos ferrocarriles de pasajeros para privilegiar al pulpo camionero que hoy domina el transporte de personas a lo largo y ancho de la república. ¿Dónde quedó el proyecto del tren de alta velocidad a Querétaro en tiempos de Peña? Todavía no terminan el trenecito elevado (muy caro) a Toluca cuando las vías europeas mayoritariamente, aunque vayan en medio de los Alpes, van a ras del suelo. ¿Se hará y terminará el Tren Maya y se modernizará el tren del istmo de Tehuantepec? No sabemos, pero desde mi óptica ambos son proyectos necesarios.
Finalmente, mi estancia en España sirvió para continuar ponderando la situación política y judicial que se vive en dicho país. Puedo afirmar que los líos partidistas españoles no han afectado las actividades primarias y más importantes de la vida económica del reino, su población trabaja más allá del egoísmo de sus políticos, pero el “espíritu de partido” y los excesos ideológicos de unos y otros sí han divido a “las dos Españas” que siempre han existido, como escribió el historiador José Luis Comellas. El multipartidismo de MINORIAS está desdibujando el acuerdo político de la transición española, que fue modelo y objeto de envidia para diversas “clases” políticas a lo largo de Latinoamérica. Tienen que resolver el problema del independentismo en Cataluña, pero hay que subrayar, el triunfo absoluto de cualquiera de las dos partes no resuelve el tema que sí existe desde el siglo XVIII: simplemente lo posterga y lo potencializa. ¿Por qué le tienen tanto miedo los políticos españoles a la federación? Ejemplos europeos son dignos de repetirse en España. Y desde la rivera de la política mexicana, en este momento histórico me parece que el parlamentarismo tipo europeo llevaría a México a la total parálisis de gobierno y a una inestabilidad política que en el siglo XIX desdibujó proyectos modernizadores lo mismo en administraciones conservadoras tipo Anastasio Bustamante, que liberales del perfil de Ignacio Comonfort. Moderar el presidencialismo es una tarea que no termina nunca porque está en su naturaleza la concentración de poder, pensemos en los gobiernos de Alemán, de Salinas y en diversas acciones llevadas a cabo por la actual administración.