Por Arturo Lino Guzmán
En estos tiempos, en los que la comunidad turística tiene muchas dudas y se encuentra expectante sobre lo que acontecerá en el sector, por las nuevas formas de hacer gobierno que ha implementado la administración federal, la unidad y el trabajo en equipo es fundamental para poder responder a los retos que se le presentan a la actividad turística.
Los líderes, los verdaderos líderes (subrayo verdaderos), son aquellos que buscan unir esfuerzos, encauzarlos a metas altas y objetivos comunes porque está comprobado que en las causas donde participa una sociedad motivada por sus representantes y en donde los egoísmos mezquinos y los intereses de grupo quedan en segundo término, se pueden construir empresas, asociaciones y hasta naciones poderosas. Ejemplos en la historia hay muchos.
La división sólo produce enconos, pérdida de energía y distracción para alcanzar fines comunes y las personas, con un poco de sentido común, ya no digamos inteligencia, saben que las actitudes negativas evitan el avance y el desarrollo.
Dicho tema lo abordamos en esta ocasión, porque hace un par de semanas se firmó el Convenio de Colaboración entre la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes de la Ciudad de México (AMAV-CDMX) que preside Julián Arroyo y la Secretaría de Turismo del Estado de México, a cargo de Aurora González, para una alianza para la promoción y difusión de los destinos de esa entidad que es visitada por más de 17 millones de turistas, pero con tal medida se espera captar a un mayor número de visitantes.
Este escenario sirvió para mostrar que los nuevos dirigentes de los agentes de viajes, Julián Arroyo y Eduardo Paniagua (presidente de la AMAV Nacional) ya decidieron estrechar relaciones luego de 25 años de distanciamiento que fue herencia de las anteriores administraciones de sus respectivas asociaciones por intereses de grupos incrustados en ellos que impidieron que este sector importante en el turismo avanzara más rápido ante el advenimiento de las agencias de viajes por internet.
Es gratificante que estos dos jóvenes directivos busquen trabajar en un mismo sentido para hacer fuerte a su gremio y hayan dejado a un lado lo que hicieron sus antecesores, los cuales por egoísmo sólo querían el control de sus respectivas asociaciones, lograr encumbrarse y tener privilegios e influencia política en el sector turístico.
Eduardo Paniagua de la AMAV nacional y quien recibió una asociación desfalcada, caótica, donde la gente trabajaba de manera irregular y en la que no se rendían cuentas claras, fue el primero en acercarse a Julián Arroyo de la AMAV-CDMX para formar un frente común. Ambos tomaron posesión el 3 de junio pasado y el 1 de diciembre de 2018, respectivamente, pero en poco tiempo han logrado avances significativos en sus encomiendas, de tal suerte que los agentes de viajes ya empiezan a hacer sentir su presencia.
Por lo pronto, Julián Arroyo es ya parte del Consejo de la Diplomacia Turística y tendrá que proponer mejoras a los agentes de viajes, en tanto Paniagua, empezará un plan de saneamiento y a hacer cambios profundos en la AMAV nacional para mejorar las condiciones de este gremio.
El sector turístico necesita de los esfuerzos de todos, desde los funcionarios que toman decisiones hasta el más modesto de los empleados pues es indispensable fortalecer a la industria que es impulsadora de empleos, dé ingresos importantes y por consecuencia generadora de bienestar.
Así las cosas en turismo, donde al parecer el asunto del aeropuerto de Santa Lucía ya se empieza a destrabar, pues la Semarnat, ya hizo las “evaluaciones” en las cuales no hay afectación al impacto ambiental y lo consideran procedente. No es extraño que esto ocurra, porque la disposición es construir esta terminal aérea a como dé lugar.
Pero en el caso del Tren Maya, las noticias no son tan buenas para el gobierno federal porque además de seguir la oposición a la obra por parte de grupos naturales asentados en las áreas donde se tiene proyectado el paso del tren, hay vestigios arqueológicos en las zonas y de acuerdo a informaciones publicadas por algunos medios impresos, el gobierno tendría que comprar el 34 por ciento de los terrenos que necesita para la realización de este proyecto.
El panorama en el ámbito turístico sigue sin aclararse del todo y ojalá a los funcionarios de los tres niveles de gobierno, involucrados en la actividad turística estén más atentos y pongan más empeño en su labor y se comprometan todavía más y en la difusión trabajen con medios y periodistas profesionales.