Por Jesús Michel Narváez
Sigue la mata dando y México borrando su tradición en el trato a los migrantes y el compromiso del presidente López Obrador de darles trabajo, protección, abrigo, alimento y educación. Mantiene la obligación de seguir los próximos 45 días con los operativos contra los migrantes que huyen de sus países y buscan refugio en Estados Unidos, para lo cual deben cruzar el territorio nacional.
Durante la reunión entre el secretario de Relaciones exteriores de México, Marcelo Ebrard y el secretario de estado de la Unión Americana, Mike Pompeo, se ratificó lo anterior –para dar cumplimiento a los 90 días de ignominia que firmó Ebrard el 7 de unió pasado- y a cambio solicitó a Washington dejar de presionar para convertir a México en un Tercer País Seguro, hacer más para detener el tráfico de armas y reinstalar el Programa de Repatriación (PRIM), que brindaba apoyo a los mexicanos repatriados de ese país y que fue cancelado por Donald Trump en 2018.
La “cubre” fue a puerta cerrada.
El canciller Ebrard manifestó la preocupación del gobierno de López Obrador con respecto a los aranceles impuestos al tomate, bajo el argumento que estas medidas afectan negativamente a más de un millón de empleos en México.
Si fue o no verdad lo que se trató, la Secretaría de Relaciones Exteriores emitió un comunicado, en el que dio a conocer que durante la reunión se planteó la conformación de un grupo binacional para recuperar los bienes y activos vinculados a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo Guzmán.
La relación México-Estados Unidos atraviesa quizá por una de las mayores crisis. Las amenazas de Donald Trump hicieron efecto. Tan grande que el presidente López Obrador solicitó una votación a mano alzada para determinar si se enfrenta a Estados Unido o si se la lleva suavecita.
El protagonismo de Ebrard y el desconocimiento de su Jefe en materia de política exterior, tienen al país prácticamente de rodillas y sin oportunidad de ponerse de pie. El retraso de Estados Unidos y Canadá en ratificar el T-NEC, cuando aquí se aceleró todo para satisfacer las exigencias de Trump, la orden de frenar la migración o de lo contrario habrá aranceles a todos los productos mexicanos de exportación a EU, las redadas en las llamadas Ciudades Santuario y la demanda de que México sea un Tercer País Seguro, que de hecho lo es aunque formalmente no se reconozca, forman parte de la red tejida para la humillación.
Porfirio Muñoz Ledo, cuyo diferendo con Ebrard lo ha llevado a opinar en contrario por las acciones tomadas, escribió el pasado sábado un colofón de su artículo que refleja la realidad:
“En mi experiencia como funcionario y diplomático mexicano jamás pensé que pudiéramos transitar de una relación bilateral digna a una subordinación colonial”.
Los 45 días a los que habrá de añadirse lo que no se comunicó le dan la razón a Muñoz Ledo. Simplemente: A sus órdenes Mr. Trump.
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