La Arquidiócesis Primada de México advirtió que la ‘Cartilla Moral‘ “corre el peligro de la banalización y puede tomar el derrotero de la demagogia”.
En su editorial titulada ‘La Cartilla Moral’, la iglesia católica resaltó el complejo panorama que atraviesa la sociedad de México en temas como la violencia, las drogas y la corrupción.
Sobre el texto de Alfonso Reyes, recuperado por el gobierno de López Obrador de los años 50, la Arquidiócesis explica que en él “se invita a los ciudadanos a dialogar con sus familias acerca de la moral, la ética y los valores que necesitamos para construir una sociedad mejor”.
“La preocupación gubernamental por fortalecer los valores en la familia y la ética en el campo laboral sin duda es positiva, pero la tarea primordial de todo gobernante es el establecimiento auténtico y estable de un Estado de Derecho”, asegura la iglesia.
Manifestó que el fomento de valores y la promoción ética debe reconocerse como una labor principal de los padres de familia, y de las instituciones o grupos que ayudan en su responsabilidad. Por otra parte, cuando el gobierno asume esta tarea, “se corre el peligro de la banalización y puede tomar el derrotero de la demagogia”, advierte la Arquidiócesis.
“La creación o manejo de documentos con nombres llamativos, ocupando palabras que después serán devaluadas o manipuladas, o que sean utilizadas para justificar una política pasajera, solo conducirá a quitarles importancia y peso: terminarán desechadas de nuestro diccionario familiar o usadas sin propósito real. Cuidado, entonces, con el uso de la palabra “moral”, y más cuando a las vistas es anticipo de otro documento que recibirá el nombre de Constitución Moral“, expresó.
La iglesia reconoció no tener la tarea de calificar este tipo de acciones por parte del gobierno, pero sostuvo que al formar parte de la sociedad, ” tiene como misión hacer valer su aportación como agente social y ubicar en sus dimensiones y alcances los valores y principios que propone”.
“Junto con el valor fundamental de la vida –sin ella no tiene cabida ningún otro derecho– la Iglesia sigue afirmando el papel básico de la familia como formadora de personas, como escuela de virtudes, como santuario de la vida, donde se encuentran los elementos necesarios para desarrollarse e integrarse a la sociedad y la cultura”, sostuvo.
Además, consideró que el gobierno debería “seguir respaldando la institución familiar natural, debidamente constituida”, asegurando que ningún otro ambiente sería mejor para que el ciudadano adquiera valores.
“Imaginar que con un texto típico se solucionen nuestros problemas éticos, sería como mostrarle una receta al enfermo esperando –solo con eso– su pronta curación”, concluye el texto.