La Reeducación Moral de los Mexicanos

Los Dados de Dios

*Juegan con Fuego al Buscar Dirigir las Creencias Religiosas

*Respeto al Estado Laico Exigen al Presidente

*Gran Indignación Contra la Cartilla Moral y sus Distribuidores

Por Nidia Marín

Parece inevitable. El incremento de los conflictos religiosos en México se observa en el horizonte cercano, ante la actitud del presidente de la República de exacerbarlos en vez de contenerlos.

El hecho de que los evangelistas estén haciendo proselitismo político, con el permiso presidencial para distribuir la denominada “cartilla moral” con la cual López Obrador busca rescatar los principios éticos y morales de la que denomina actual “sociedad decadente”, derivada de la corrupción del régimen (anterior por supuesto) y la pérdida de principios morales y espirituales, ya se está traduciendo en diversas protestas.

Arturo Farela el mismo que hizo uso de la palabra en el evento de Tijuana y quien para taparle el ojo al macho fue orador al mismo tiempo que Solalinde, es el encargado de reeducar moral y religiosamente a los mexicanos.

Hasta el momento se desconoce quién le dio permiso al presidente de México de meterse con las creencias de los mexicanos y de que derivara esa responsabilidad “educativa” en el presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice).

López Obrador y su equipo de evangélicos está jugando con fuego.

En 2017, de acuerdo a la Dirección General de Asociaciones Religiosas de la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (publicados por Excélsior), desde 2009, se habían producido poco menos de un centenar de conflictos religiosos, predominantemente en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Estado de México, Hidalgo, Michoacán y Morelos.

Las principales Iglesias cuyos fieles entraron en conflicto fueron la católica y la evangélica. De ahí que no solamente por las razones fundamentadas en la necesidad de paz política y religiosa, sino por el cumplimiento del artículo 130 constitucional el Presidente debe frenar su tren, ante de que la sangre llegue al río.

Dicho artículo precisa que la ley regulará a las asociaciones religiosas, además de que las autoridades no intervendrán en la vida interna de las asociaciones religiosas y los mexicanos podrán ejercer el ministerio de cualquier culto.

Asimismo, en los términos de la ley reglamentaria, los ministros de cultos no podrán desempeñar cargos públicos, como ciudadanos tendrán derecho a votar, pero no a ser votados y quienes hubieren dejado de ser ministros de cultos con la anticipación y en la forma que establezca la ley, podrán ser votados.

Hay más, los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán, en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios.

“Queda estrictamente prohibida la formación de toda clase de agrupaciones políticas cuyo título tenga alguna palabra o indicación cualquiera que la relacione con alguna confesión religiosa. No podrán celebrarse en los templos reuniones de carácter político. La simple promesa de decir verdad y de cumplir las obligaciones que se contraen, sujeta al que la hace, en caso de que faltare a ella, a las penas que con tal motivo establece la ley”.

Señor Presidente: no sea usted el primero que violente la Constitución y mucho menos quien sea el responsable de que corra la sangre religiosa en México.

¡Respeto al estado laico!

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