Por Jesús Michel Narváez
De acuerdo con la definición presidencial, los “amotinados” policías federales no están a la altura de las circunstancias.
Porque decidieron protestar, porque bloquearon calles, -porque se indisciplinaron en defensa de sus derechos, acotación personal- con lo que demostraron lo que siempre ha sostenido: están podridos.
El presidente López Obrador no es justo ni equitativo.
Porque cuando decide que algo está podrido, es porque su olfato se lo determina. No los hechos. Su olfato y, claro, su otra información.
Cuando le digo no es justo ni equitativo muestra su amnesia o su intencional olvido de los que le tomaron la medida: los miembros de la CNTE en particular los de la sección 22 con sede en Oaxaca.
A ellos les permitió bloqueos, en serio, no solo en la Ciudad de México sino en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Chiapas. Nunca aplicó la ley para romper los bloqueos en las vías férreas de Michoacán que ocasionaron pérdidas por 300 millones de pesos; nunca ordenó se retirara a quienes cercaron la Cámara de Diputados y el Senado de la República; jamás pidió que se castigara a los que como profesionales del chantaje lo obligaron a solicitar que se quitara –se lo instruyó directamente al grisáceo secretario de Educación, Esteban Moctezuma- todo lo que no les gustara a los maestros de la “nueva reforma educativa”.
Contra los integrantes del la Policía Federal enderezó todos sus odios y toda su fuerza como Jefe del Estado Mexicano.
Los acusó de no estar a la altura de las circunstancias.
¿Cuáles son las circunstancias?
Y diría que es en singular y se trata de la circunstancia: te sometes a mis designios, piensas como yo, obedeces mis pensamientos o eres mi enemigo.
Simple: estás conmigo o en mi contra.
Ciudadano Presidente: Usted el domingo, allá en Las Margaritas, territorio ilegal del EZLN, pidió que no peleáramos más y que nos uniéramos dejando atrás rencores. Demandó no tener dudas de que la cuarta transformación es la salvación de México y que no busca otra cosa, que la “felicidad de los mexicanos”.
Sin embargo, insiste en las descalificaciones y lo plantea con artilugios de carácter impositivo: la Policía Federal no está a la altura de la circunstancia.
¿Por qué no dice la verdad? Le irrita que lo desafíen. Así actúan los antidemócratas que se convierten, usted ya sabe en qué.
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