Por Jesús Michel Narváez
De llamar la atención la presencia de Claudia Sheinbaum el pasado lunes.
Fue la única funcionaria que estaba a espaldas del Presidente.
Mientras el Ciudadano leía su mensaje que contenía sus actividades durante siete meses de Presidente pero de un año después del “histórico triunfo”, la Jefa de Gobierno dialogaba con la esposa de Andrés Manuel López Obrador.
Ambas sonrientes.
Ambas en otro mundo.
El Ciudadano se esforzaba por levantar los aplausos con sus palabras, sus compromisos cumplidos, sus proyectos de gobierno, sus anuncios.
Nada nuevo en el mensaje. Una recopilación de sus conferencias mañaneras.
Los miembros de su gabinete, abajo. En primera fila, pero lejos del templete.
Arriba solamente dos mujeres, ambas con doctorados: Beatriz Gutiérrez Müller y Claudia Sheinbaum.
¿Qué hacía ahí si no forma parte del gabinete?
Vaya ni siquiera es parte del gabinete ampliado.
A lo mejor por haber prestado la Plaza de la Constitución para un evento personal.
Quizá esa haya sido la razón para haber sido la única que fue mencionada por su nombre por el Ciudadano Presidente.
No hubo mención alguna para la secretaria de Gobernación o para los titulares de la Defensa y Marina.
Ningún nombre, excepto el de Sheinbaum fue mencionado.
De tal suerte que las palabras presidenciales derribaron el supuesto choque con la Jefa de Gobierno por la presencia de la Guardia Nacional en la Ciudad de México.
Aun así, no quedan claras las razones para que una gobernadora esté ubicada en un lugar preferente.
Abajo, los poderosos empresarios. El más influyente: Carlos Slim. Abajo los secretarios de Estado incluido el que llegó en silla de ruedas pero que caminó apoyándose en una muleta. No en dos.
Seguramente los bonos de doña Claudia se cotizan al alza.
No importa que la inseguridad, la falta de servicios, el abandono de colonias, el mal transporte, el avance del comercio informal, los baches, las calles inundadas sean parte de la Ciudad de México.
Ella, la Jefa de Gobierno no está sola.
Tiene el respaldo del Ciudadano Presidente.
Así que, fije la mirada hacia el 2024 y olvídese de las penurias en las que vive.
Arroje al cesto de la basura –si alguien se lo lleva es otra cosa- sus angustias, sus pesares y cante a coro:
¡No está sola, no está sola, no está sola!
¿De dónde sacará tanta influencia doña Claudia?
Porque de que es poderosa, ni hablar. Cosas de la cuarta transformación.
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