*Servil Ante Estados Unidos, Gobierno Mexicano Viola Derechos Humanos
Por Miguel A. Rocha Valencia
Quien no esté de acuerdo con la 4 T ¡Que se vaya! Y así lo hice, renuncié a un salario que no debilitó mis convicciones. Lo hice por congruencia, como pidió López Obrador desde su púlpito de Palacio Nacional, a quienes laboran en la administración pública federal. Desde ahí, una vez más, mostró su desprecio por las instituciones y dejó claro que él, es el Estado. Al menos eso cree.
Olvidó al caudillo (o no entiende) que la Comisión Reguladora de Energía, es un organismo autónomo en materia técnica, operativa y de gestión, cuyo titular no está obligado a coincidir con quien dicta las políticas públicas; está para promover el desarrollo de la industria, proteger a usuarios y asegurar el suministro y prestación de servicios.
Para López es todo lo contrario, el titular de la CRE, como los de los demás organismos autónomos, debe ser parte de su grey y si no está de acuerdo, por congruencia, Guillermo Ignacio García Alcocer, debió renunciar, lo hizo. Claro, luego de presiones y amenazas de que permanecer en el cargo, donde le colocaron varios ignorantes afines a Morena, haría de su vida un infierno.
No se le pudo comprobar el conflicto de intereses de que lo acusó el caudillo desde el paredón de Palacio Nacional.
No lo doblegó, pero lo orilló a renunciar, por congruencia. Yo agregaría, vergüenza profesional para no desempeñarse con los ineptos que por fuerza le endilgaron.
Porque si de congruencia se tratara, Olga Sánchez Cordero ya hubiera renunciado, pero se resiste y lo enseñado en las aulas a generaciones agradecidas, hoy la coloca en entredicho, incluso al ser receptora de mensajes que antes eran sólo para el titular del Ejecutivo.
Porque en el caso de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde más allá de que por primera vez en 29 años un jefe del Ejecutivo no acudiera a escuchar y hasta recibir reclamos, se ubica el hecho de que en el fondo, está 4T como pocos gobiernos, está agrediendo derechos fundamentales, no de expresidentes o exfuncionarios, integrantes todos, de la llamada mafia en el poder, sino de miles y miles de enfermos, que se quedaron sin medicinas o atención médica, obreros que fueron y son despedidos a diario, 120 mil burócratas que se quedaron sin empleo, de migrantes que antes eran “hermanos” y hoy, son delincuentes perseguidos en México, por órdenes de Estados Unidos.
Lo peor es que en unos meses, Luis Raúl González Pérez tendrá que dejar la presidencia de la CNDH y si no se doblega, será sustituido en el organismo por alguien afín a López Obrador, cuando debía ser lo contrario, un personaje con respetabilidad suficiente para reclamar al gobierno sus excesos.
Después de lo dicho por López en su mañanera (una de las más largas), ya sabemos qué nos espera como país. Y me pregunto ¿A este señor que acusa de fifís y hampones a los periodistas, que desprecia a las instituciones, que si no piensas como él te corre, que no tiene estatura de estadista, que nos lleva al precipicio económico y se muestra servil ante Estados Unidos, debo apoyar?