Luego de que ayer dos calificadoras ajustaran su perspectiva crediticia para México, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que respeta su trabajo, pero afirmó que el país crecerá dos por ciento este año y se cumplirá el compromiso de crecer al cuatro por ciento este sexenio.
“Respetamos la opinión de las calificadoras, pero seguimos sosteniendo que vamos bien, que va a crecer más la economía”, expresó el mandatario federal durante su conferencia de prensa en Palacio Nacional, donde sostuvo que los pronósticos no tendrán éxito.
“La falla que tienen las calificadoras y los expertos en materia financiera es que aplican la misma metodología de hace más de tres décadas, es la metodología que se usó en el periodo neoliberal, la cual no tomaba en cuenta la variable corrupción, por eso sus pronósticos no resultan, no van a tener éxito, pero a las pruebas me remito”, expresó.
López Obrador sostuvo que no le preocupa el ajuste a la baja de las calificadoras, ya que no se aumentará la deuda pública, hay finanzas públicas sanas, la recaudación está bien, se ejerce bien el presupuesto, no hay inflación, “a pesar de que está lloviendo fuerte, ya parará”.
En ese sentido el mandatario federal refrendó que “vamos bien y de buenas, cada vez hay más empleos, aumentó el salario, hay más bienestar”, y se sigue trabajando, si bien reconoció que aún hay asignaturas pendientes.
El día de ayer, Fitch rebajó la calificación de deuda de México de «BBB+ a BBB», porque anticipa más tensión para las finanzas públicas por el deterioro del perfil crediticio de la petrolera estatal Pemex y una débil perspectiva macroeconómica.
Por su parte, Moody’s bajó su panorama para la nota de México de «estable» a «negativa», lo que apunta a una mayor probabilidad de un recorte.
Lo anterior cita un debilitamiento de la confianza de los inversionistas y de las perspectivas económicas, así como riesgos en las finanzas públicas por la política energética y el papel de Pemex.