Por Susana Vega López, (Enviada)
YAUTEPEC, Mor.- Las hay tan diminutas como del tamaño de una cabeza de alfiler hasta grandes que pesan varios kilos; algunas tienen una vida perene (hasta 500 años) y otras de vida pasajera; existen más de 35 mil especies y cerca de 250 mil híbridos; algunas son muy frágiles y delicadas, además de ser exóticas, elegantes y especiales; es de trato especial y su nombre tiene las cinco vocales: la orquídea.
Las paletas de los pintores se quedan cortas en comparación con sus llamativos y bellos colores; algunas están como salpicadas de pintura que parecen manchadas, otras rayadas, pintas, de innumerables formas que las hacen una de las flores más atractivas en el mundo. La flor consta de pétalos, sépalos y lavelo (que es la parte más colorida, donde aterrizan los insectos para polinizar).
Su belleza es tal que en Colombia la variedad “Cattleya Trianae” fue nombrada Flor Nacional en 1936 por la Academia Colombiana de Historia. Venezuela, en 1951 nombró a la “Cattleya Mossaiae” o “Flor de Mayo” como su Flor Nacional de manera oficial por decreto.
Las orquídeas, originarias de Asia, fueron descubiertas y catalogadas en 1650 por George Eberhard Rumphius (1627-1702), nacido en Holanda, aunque algunos biógrafos señalan que fue en Alemania. El tema es que, gracias a su clasificación, hoy por hoy, las orquídeas se conocen ya en todo el mundo. La más reciente información señala que hay una orquídea que sólo abre sus pétalos de noche.
Es una flor exótica, rara, pero con bastantes hábitats en muchos países. Se da en todos los climas, excepto en los polos y los desiertos. Taiwán, Holanda, Tailandia, China, Estados Unidos, Brasil y México, son los principales productores de la especie Phalaenopsis pero México tiene una muy especial: la vainilla, llamada, en náhuatl, ixtlilxóchitl, o xanat o shanat en totonaco; una flor cultivada al norte de Veracruz (en Papantla) y Puebla en épocas prehispánicas.
La orquídea es muy preciada y resulta un excelente regalo. Ha sido inspiración de melodías, obras de teatro, pinturas, cuentos, historias. Es una planta que varía mucho en sus formas y colores con impresionante variedad en México y el mundo. Tan sólo Colombia tiene cuatro mil 270 orquídeas registradas. Aunque la phalaenopsis es a más popular, la orquídea “oro de Kinabalu” –en peligro de extinción- es la más cara del mundo pues cuesta más de cuatro mil 200 euros y tarda hasta 15 años en florecer.
Gracias al proyecto Tahí Orquídeas y Flores Exóticas en Yautepec, Morelos, iniciado hace 32 años por iniciativa de Marilú Podebereski de nacionalidad polaca, es que en Misión Política pudimos vivir la experiencia de ver las plántulas que son traídas de Holanda y Taiwan para hacerlas crecer.
Los procesos de producción están a cargo de personal altamente especializado y calificado, por lo que se garantiza la calidad de las diferentes especies de flores.
Para entrar al vivero se debe pasar por un “charco” con desinfectante para proteger el producto y se pudo observar que el lugar se mantiene a una temperatura cálida donde constantemente son rociadas con agua para que haya un buen desarrollo de la plántula, el follaje, la flor y la raíz.
Al llegar la plántula se preparan macetas pequeñas con un sustrato que consiste en trozos de madera, corteza y piedra porosa. Conforme pasa el tiempo y adquieren mayor tamaño se trasplantan a una maceta más grande una a una. No requieren de tierra.
A partir del arribo de la plántula pasan unos ocho meses en los que la orquídea ya está adulta y se puede cruzar a la siguiente fase que es donde desarrollan las varas florales por lo que pasan a unas temperaturas más frescas.
Mara Wilson, actual Directora General de Tahí, explicó que la producción anual en el país llega a los dos millones de plantas y se contabilizan mil 500 especies. “Lo interesante es que las orquídeas son un artículo decorativo selecto y exclusivo en las casas, oficinas, centros de trabajo, pero también para la hotelería, pues ofrece un estatus de elegancia y buen gusto”, comentó.
Se sabe que algunas especies de orquídeas como la phalaenopsis -la más popular-, son flores que, a diferencia de otras más comerciales, dura años con los cuidados necesarios, por lo que este proyecto agro-flori-turístico se ha consolidado en el estado de Morelos como uno de los atractivos más novedosos que empieza a despertar el interés en los turistas.
La iniciativa fue, en principio, una colección privada y con el paso de los años se convirtió en un pequeño invernadero que hoy cuenta con 23 sitios equipados con tecnología de punta en donde crece y florece una extensa variedad de orquídeas y otras flores exóticas como anturios -que llegan de Holanda- bromelias y pronto se producirán eliconias, porque tratan de dar variedad a su catálogo. La producción de Tahí, alcanza las 100 mil plantas al año. Tan sólo de esta actividad viven 27 familias del lugar.
Los invernaderos están automatizados y se controla la humedad, la luz, el clima (calor o frio) porque son plantas delicadas que requieren cuidados especiales para su desarrollo. Debido al éxito que se ha tenido con el paso del tiempo se construirán tres más porque poco a poco los visitantes gustan de vivir nuevas experiencias como el plantar su propia flor.
Señaló que ya se inició una primera fase para modernizar y hacer todo el proyecto 100 por ciento sustentable con la finalidad de aplicar tecnología de última generación que permitirá mejorar los procesos de producción. Se iniciará la remodelación en cuatro invernaderos y gradualmente se abarcará a la totalidad para, en dos años, tener las instalaciones más avanzadas para una mayor producción y crecimiento.
Cabe resaltar que en los invernaderos Tahí se producen siete especies de orquídeas, de diferentes formas colores y tamaños cuyo precio va de 150 a 270 pesos de acuerdo a la variedad, la floración y presentación.
Poco a poco las orquídeas tienen una mayor demanda, son más conocidas en México y han logrado posicionarse en el gusto de la gente.
