Ciudad de México. Aproximadamente 28.5 millones de pesos obtuvo el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) en la histórica subasta de 82 automóviles y camionetas de lujo que se realizó este domingo en la explanada de la otrora residencia presidencial de Los Pinos. La cifra es preliminar porque el SAE anunció que será hasta este lunes cuando la presidencia informe oficialmente a cuánto ascendió la venta total de los vehículos, la cual se destinará íntegramente a los municipios oaxaqueños de Santo Reyes Yucuná y Santa María Zaniza.
El precio de salida por las 82 unidades, en conjunto, fue fijado en 28 millones 205 mil 300 pesos, pero al final el SAE obtuvo casi 28.5 millones pesos, es decir un incremento de apenas 1.19 por ciento respecto a lo previsto.
Sin embargo, debe tomarse en cuenta que 17 venículos no se vendieron, en su mayoría camionetas suburban blindadas del extinto Estado Mayor Presidencial y de la antigua Procuraduría General de la República (PGR) que, según personal del SAE, tampoco pudo ser comercializadas en la subasta realizada en la base aérea militar de Santa Lucía.
Ninguno de los 800 postores inscritos, entre particulares o dueños de lotes de autos usados, quiso pujar por dichas unidades cuyo precio oscilaba desde los 319 mil hasta los 963 mil pesos, para sumar en total 11 millones 335 mil 900 pesos.
Muchos vehículos, especialmente los deportivos, camionetas y jeeps, así como también 3 ‘vochos’, alcanzaron en apenas unos segundos el doble o hasta el triple de su valor inicial de venta.
Contra lo esperado, el vehículo que más caro se vendió no fue el Lamborghini Murciélago, modelo 2007, cotizado en un millón 472 mil pesos y por el que al final se pagó un millón 775 mil, sino una camioneta Ford Shelby F150, año 2016, por la que se pedían de entrada un millón 216 mil 800 pesos pero que al final se vendió en un millón 900 mil, tras una intensa puja donde compradores y visitantes al Centro Cultural que pasaban expresaron su entusiasmo con gritos y aplausos.
El vehículo más barato de la subasta fue un Volkswagen modelo 1990 que arrancó a un precio de 10 mil pesosy terminó vendiéndose a 65 mil, y otro ‘vochito’ clásico de 1951 por el que los subastadores del SAE, también llamados martillos, pedían 253 mil pesos inicialmente pero que se cotizó en 360 mil.
Autos clásicos o deportivos generaron el mayor interés entre los compradores, quienes al no dejar de levantar sus paletas para mantenerse en la competencia provocaron, por ejemplo, que un Smart Cabriolet Fortwo subiera de 46 mil 700 hasta 140 mil pesos, un Mustang 1965 de 128 mil a 460 mil pesos y un Porshe de 230 mil a 600 mil pesos.