Domesticados hoy, Admiten los Diarios Insultos y Agresiones

Frontera Norte Ciudad Juárez

*Y las Entidades Públicas Utilizan el Boquete

*¿Responsable? el Amasiato de la Derecha y la Izquierda

*Cooptación de los Reivindicadores Emblemáticos

*Las Feministas También se Integraron al Gabinete

*Las Luchas Sociales se Difuminaron en la Nómina

Por Rafael Navarro Barrón

Lo impensable. La prensa aguerrida del norte, ejemplo de luchas y cambios políticos y sociales en el país, es ahora una profesión domesticada al servicio de las ocurrentes “transformaciones” de lo que pomposamente llamamos República Mexicana.

Sucedió lo mismo con los luchadores sociales, con las intrépidas feministas que cerraban calles y se enfrentaban a gobernantes ineptos. Ahora, como títeres del sistema, están cooptados por el poder político.

La prensa juega el peor papel, los menguados cotos de poder del presente se reducen a exiguos pagos de “publicidad”. Así sobrevive la prensa, con migajas, por eso el Presidente de la República los ofende cada vez que quiere y les llama “Fifis”.

Los luchadores sociales del pasado se están recuperando de los estertores que originó la quirúrgica castración. Las finas manos del poder, al que ahora sirven, fueron los cirujanos que los llevaron al quirófano; ahora son mutantes, vapuleados por su conciencia y por las redes sociales.

Estos eunucos de la vida pública, de la extinta pluma y de los derechos humanos, se vendieron en un mal momento. Las entidades públicas están utilizando el boquete de la inacción social y periodística para hacer de las suyas.

Todo empezó cuando la izquierda y la derecha creyeron que utilizando su pragmatismo político podrían unirse en amasiato para derrocar a los corruptos gobernantes que usurparon los principios revolucionarios.

Ignoraban que la izquierda progresista es huevona por naturaleza, conformista, fácil de corromper, intelectualmente preparada para rebatir y debatir, gritona, fascista cuando asume el poder, sucia en sus pretensiones y antirreligiosa, capaz de ir contra las reglas morales para sostenerse en el poder.

Esa izquierda ofreció sus servicios a la candidatura de Javier Corral. Las coincidencias entre los progresistas y el abanderado panista, eran muchas. El panista es huevón igual que ellos. Y de allí, otra decena de características que los unía.

Crearon un frente inteligente, utilizaron la mercadotecnia y la replicaron en las redes sociales que siempre están ávidas de sangre y morbo. Corral invitó a trabajar a los luchadores sociales más emblemáticos del Estado; desactivó al Barzón e incluyó a sus líderes en su nómina.

Las feministas, que habían obtenido premios internacionales por la lucha contra los crímenes de mujeres, se integraron también al gabinete. Entonces sus luchas sociales se difuminaron en la nómina corralista. Una de ellas, la más aguerrida, Lucha Castro, se convirtió en una enemiga de la ley, en un remedo del servicio público.

Sucedió lo mismo con los sacerdotes de izquierda, que sucumbieron a la tentación del poder público. Triste misión sacerdotal. Uno de sus ministros, el cura Javier “El Pato” Ávila, no evangeliza, no habla de Cristo, no habla del carismático Papa que lo guía desde el Vaticano, porque la temática en torno su imagen sacerdotal siempre es el escándalo.

Y por las mismas el otro cura del sistema, el sacerdote Camilo Daniel Pérez, otrora símbolo de la lucha social, hoy es un títere de Corral.

DE PENA AJENA LA CASTRACIÓN

La prensa del norte, es otra de las entidades castradas, afectadas por las transformaciones que vive el país y los Estados de la República Mexicana. Los reporteros dan pena ajena. La crisis económica de las empresas donde laboran o dirigen, empezó a generar estragos y, entonces, se aliaron con los entes corruptos del poder.

Un día amanecimos viviendo en una ciudad distinta a la que percibían los medios al servicio del poder y sus reporteros. En el norte ya no nos nutrimos de las notas periodísticas de los medios tradicionales, están mejor informadas las redes sociales.

Alcaldes bizarros sin preparación académica y sin ética, se apoderaron de las finanzas públicas y se adjudicaron las ciudades donde gobiernan para hacer cuanto negocio se les ocurre. Así, impunemente, nos gobiernan, sin que nadie lo denuncie.

Entonces los escasos reporteros que quedaron en el frente de lucha, fueron abatidos por la enorme estructura del poder, por el aparato letal, por las amenazas.

Muchos de esos periodistas están la lista de indeseables, asediados por los políticos en turno y sus corifeos. La misma prensa se convierte en una tribu de caníbales y despedazan a los que intentan lograr que este país y esta ciudad, modifique sus esquemas de indolencia e impunidad.

Es así como sobrevive el trabajo de informar. Y no endoso el término de “periodistas corruptos” a los que sobreviven en esta vorágine social.

Se trata de periodistas con necesidades, con una enorme ética pero sin mucho pan en su mesa, comunicadores con muchas deudas en las mueblerías y en los bancos; reporteros que viajan en automóviles maltrechos, presumiendo que son amigos de una verdad inexistentes y enemigos de quienes nos gobiernan.

Y nada podemos cambiar en México, en el norte, mientras nos gobierne esta casta de huevones que no sirven para nada.

zagaleton.navarro@gmail.com

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