¡¡Son Impunes!!

Las Revueltas de Silvestre

*Común Denominador: la Nula Consecuencia

*Crímenes, Ante la Reducida Posibilidad de Castigo

*Y los Pastores Caminan a la Orilla del Precipicio

Por Silvestre Villegas Revueltas

La semana pasada pero, desgraciadamente, cuando se escriben las presentes líneas los diarios de información nacional dan cuenta del asesinato del algún funcionario municipal como días atrás sucedió con la joven edil Maricela Vallejo, en Mixtla de Matamoros, estado de Veracruz. Con ella y otros más, jornada a jornada, se engrosa la ya larga lista de gobernantes mexicanos en diversos niveles de gobierno, desde el local hasta el federal, que han sido privados de la vida. Durante la anterior campaña presidencial que en buena parte de la república incluyó la elección de gobernadores, gobiernos municipales, legislaturas estatales y representantes federales ante el Congreso de la Unión, la cantidad de candidatos asesinados hubiera provocado en los países civilizados de larga trayectoria democrática que se hubieran cancelado semejante elecciones, o bien se hubiera orquestado un combate frontal contra el crimen organizado que en la defensa de sus intereses es capaz de todo tipo de atrocidades.  Pero con el caso mencionado, con lo sucedido en Minatitlán, con los diarios robos en el transporte público, con los atracos millonarios perpetrados por compañías privadas de la mano del gobierno federal o estatal y muchos otros que diariamente afectan a los mexicanos en su conjunto, el común denominador es la prácticamente nula consecuencia para con los ladrones y asesinos. Ellos llevan a cabo todos los crímenes porque tienen calculado que son muy reducidas las posibilidades de que sean efectivamente castigados: se sienten y hasta cierto grado gozan de una amplísima impunidad.

A pesar de lo anterior escrito los mexicanos viven, tienen que ir a trabajar, cuando pueden se dan tiempo para festejar (con más cuidado) y claman al cielo que sus “pastores”, que van caminando a la orilla de los precipicios no terminen por desbarrancarse y se lleven en su fruición al pueblo que es el origen del poder que disfrutan. ¡¡Me está sonando muy bíblico pero la fraseología religiosa va acorde a los tiempos de aquellos políticos que se les olvidó que viven en un país constitucionalmente laico!!

Entre veras y bromas ha existido una leyenda que señala, mientras los alemanes se ayudan para que uno de sus ciudadanos alcance la cima de la productividad científica, la excelsitud de la música, la pintura o bien el éxito en la administración pública, en México por el contrario nos estorbamos, tacleamos, berreamos y hacemos todo lo indecible para que el cineasta no reciba todos los premios, para que la realidad haga fracasar el invento de un connacional o que la irracional ojeriza vaya minando al gobierno, sea de cualquier tinte político. Por lo anterior descrito, en 1853 el presidente Mariano Arista decidió renunciar a la presidencia y el resultado fue la instalación de una dictadura, la última administración de Santa Anna que al final de cuentas produjo un levantamiento que a la postre terminó en una guerra civil con gravísimos problemas internacionales. Ello sucedió entre 1854 y 1867, trece años donde murieron muchos compatriotas y cuyas consecuencias se arrastraron hasta 1886 en pleno porfiriato. La intolerancia del México contemporáneo se parece a la de los tiempos santannistas y el exceso de las divisiones ideológicas nos ha estado acercando a la realidad que experimentaron en los años de 1970 países del cono sur como Chile, Uruguay o Argentina. Antes se decía que el priísmo había diluido los excesos ideológicos, aunque siempre existieron opuestos de izquierda y derecha como Martínez Verdugo o Salvador Abascal, pero la mayoría de la ciudadanía, mientras tuviera seguridad y trabajo, se movía dentro de un espectro centrista que lo mismo permitía cierto estatismo que la prosperidad de la iniciativa privada. Al leer lo que dicen los periódicos, al ver lo que se publica en las redes sociales, al percatarse en las reuniones sociales el encono entre parientes de diversa postura política, lo menos que puede señalar el cientista social es una voz de alarma; debemos advertir que es un signo de los tiempos actuales y que la polarización lo mismo está en España y los Estados Unidos. Existen muchos destellos que se parecen al tiempo de los años de 1920 precursores de la intolerancia de los regímenes totalitarios que llevaron a cabo pogromos y se perdieron en guerras que terminaron con la aparición de la era nuclear. Ya no le sigo más porque como dijo algún político años atrás “pareces agorero de tiempos nefastos”. ¡¡¡Abur!!!

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