Michael Cohen, el exabogado personal del presidente estadounidense, Donald Trump, entró este lunes en una prisión federal de Nueva York tras ser sentenciado en diciembre a una condena de tres años y, justo antes de dirigirse a la cárcel, aseguró que «queda mucho por contarse».
«Queda mucho por contarse y ansío que llegue el día cuando pueda compartir la verdad», dijo Cohen a los medios de comunicación en la entrada de su edificio en la ciudad de Nueva York, antes de entrar a su coche con dirección al correccional de Otisville, a 113 kilómetros al noroeste del Estado de Nueva York, que sobre todo recibe a los conocidos como «criminales de guante blanco».
Además, criticó duramente al presidente afirmando que esperaba que cuando salga libre «el país no tendrá la xenofobia, la injusticia y las mentiras al frente».
El exabogado de Trump fue sentenciado en diciembre del año pasado a tres años de prisión por distintos delitos como parte de las investigaciones sobre las prácticas del equipo de Trump en la campaña electoral de los comicios de 2016.
Su entrada en prisión, prevista para el 6 de marzo, fue pospuesta a petición de la defensa ya que el acusado necesitaba «terapia intensiva» para su recuperación de una «operación quirúrgica seria» que debía ser «supervisada por su médico».
El exabogado del presidente de EE.UU. fue sentenciado a prisión después de que se hubiera declarado culpable de ocho delitos, entre los que también figuraban evasión de impuestos y declaraciones falsas a un banco.
Cohen admitió entre otras cosas haber organizado, por encargo del ahora mandatario, pagos para silenciar durante la campaña presidencial de 2016 a dos mujeres que supuestamente habían mantenido relaciones extramatrimoniales con Trump
El abogado implicó directamente al magnate neoyorquino, asegurando que en todo momento actuó bajo su dirección y con el objetivo de influir en las elecciones, por lo que se trataría de pagos no declarados y, por tanto, ilegales.
En una reciente comparecencia ante el Congreso, el abogado aseguró además que Trump conocía que uno de sus colaboradores estaba en contacto con WikiLeaks para la publicación de miles de correos del Partido Demócrata, que afectaron a la campaña de su rival en los comicios presidenciales de 2016, Hillary Clinton.