La Ruptura de Relaciones del Gobierno de Chihuahua con la Jerarquía Católica

Frontera Norte Ciudad Juárez

* El Papa Profético que visitó Ciudad Juárez

*Francisco no Permitió que Alguien le Besara la Mano

*No Aceptó las Babas de los Fariseos Fronterizos

*Se Lanzó Contra Quienes Vejan a los Migrantes

*Casa del Peregrino: Acusó de no Recibir los Recursos

Por Rafael Navarro Barrón

La visita el Papa Francisco a Ciudad Juárez, el 17 de febrero del año 2016, fue una mezcla de mentiras, excesos, fraudes y fracasos que denotaron la existencia de una estructura clerical católica que está muy lejos de la visión ética que exige la Palabra de Dios, contenida en la Biblia.

La visita tenía un propósito: el Papa romano había expresado un interés especial por tres temas básicos, uno de ellos eran las políticas migratorias que son severamente incumplidas desde la óptica cristiana.

También abordó el tema de los presos y de la reinserción social; y de la política obrera. Se trata de los tres grandes problemas fronterizos, sin referir abiertamente el más notorio de todos, el de la inseguridad pública, derivado del tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Las prácticas ociosas, corruptas e inhumanas que practican los gobiernos, los empresarios y las estructuras que se dedican a velar por los derechos humanos, fueron expuestas por el Obispo de Roma.

La encopetada fuerza política y empresarial acudió por la bendición papal y fue recibida con un catálogo de enseñanzas éticas para tratar activar un ejercicio de fe que no realizan. Hasta fueron regañados y fuertemente exhortados, pues el Papa pudo intuir con facilidad lo que ocurría en esta frontera.

El viejo pontífice no se detuvo ante la pléyade empresarial y ante las entidades de gobierno. Podríamos decir que no dejó que nadie le besara la mano. Su anillo pontífice no aceptó las babas de los fariseos fronterizos. Con dureza, refirió que los funcionarios públicos, la sociedad y la iglesia católica ignoran, vejan y desprecian a los migrantes de otros países.

El pontífice hizo una alusión profética de lo que estaba por llegar a esta frontera. Tres años después estamos experimentando el ingreso de miles de migrantes centroamericanos, caribeños y de otros continentes del mundo, en vías de solicitar refugio en los Estados Unidos.

No destacó el pontífice el flujo migratorio desde una óptica sociológica, sino desde el punto de vista humanitario, dado el trato (el mal trato) que otorgan las instituciones de gobierno, los cristianos católicos y la sociedad misma, que desprecian a los “forasteros” del evangelio de Mateo a los que estamos obligados a atender.

Los templos católicos están cerrados a la atención de los migrantes. Por absurdo que parezca, la Casa del Peregrino, único lugar visible donde se da asilo a los visitantes ilegales de otros países, sufre las carencias económicas de una carga que superó a los administradores desde hace meses.

La institución rompió relaciones con el gobierno estatal a quien acusó de no entregar los recursos económicos a los que se había comprometido.

El empobrecido y quebrado gobierno de Javier Corral no tuvo cara para responder a la demanda social y, en su Rosario de yerros, rompió con la jerarquía católica.

En respuesta, activó una orden de aprehensión contra un cura pedófilo a quien habían prometido no encarcelar, a pesar de la existencia de una denuncia, todas las evidencias en su contra y la confesión del sacerdote en donde aceptaba la falta.

La denuncia se interpuso a finales de noviembre y se hizo efectiva en marzo, después de las presiones que sufrió el gobierno corralista por parte de la jerarquía católica.

En relación al tema de los migrantes, algo absurdo es que las sedes parroquiales de la iglesia con más fieles en Ciudad Juárez, no ayudan a la organización católica que se dedica a recibir y a atender a los migrantes. Todo lo esperan del gobierno o de otras estructuras.

El obispo de la diócesis local, José Guadalupe Torres ha sido pasivo e indiferente a las palabras del Papa Francisco. Eso sí, promovió en el borde del río el monumento o la cruz del migrante, desde donde el pontífice bendijo a las personas en esa condición que se encuentran en México y los Estados Unidos.

Por absurdo que parezca, los migrantes tienen monumento, pero no tienen atención.

Han pasado 36 meses después de esa visita. La situación no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado. El mensaje de Francisco se convirtió en letra muerta para las esferas aludidas.

Los obreros (trabajadores) siguen siendo explotados. A pesar de la Cuarta Transformación que cree vivir el país, no hubo una mejoría en las condiciones laborales. Los patrones católicos no respondieron al llamado de su pastor proveniente de Roma, ni abrieron esferas de competencia para sus empleados, pues las ganancias siguen siendo (muchas) para el patrón y los salarios miserables para los trabajadores.

 

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