“Guernica”

Del Cine y las Leyes

Las dos Españas

Por Horacio Armando Hernández Orozco

Guernica” (“Gernika” en vasco) película hispano-estadounidense de 2016, dirigida por Koldo Serra, protagonizada por James D’Arcy (Henry Howell), María Valverde (Teresa), Jack Davenport (Vasyl), Ingrid García Jonsson (Marta), Álex García (Marco), Bárbara Goenaga (Carmen), Joachim Paul Assböck (Wolfram Freiherr von Richthofen) y Burn Gorman (cónsul ruso).

La historia se centra en el periodista estadounidense Henry Howell que está enamorado de Teresa, quien es un censurador para el gobierno republicano español. M Mientras Henry cubre la Guerra Civil Española le toca presenciar el bombardeo de Guernica, siendo el primero en dar a conocer al mundo este penoso suceso.

La Cinta es el primer largometraje realizado sobre el bombardeo de Guernica en 1937, y el personaje Henry se basa libremente en el periodista George Steer, reportero británico que cubrió la guerra y los bombardeos para los medios del Reino Unido.

LA ESPAÑA CENSURADA

Es un 19 de abril de 1937, y la trama comienza en una sala de cine, donde se proyectan las noticias sobre la Guerra Civil Española, mientras que en la Oficina de Prensa Extranjera de la República, ubicada en Bilbao, los corresponsales de diversos medios del mundo, están informando sobre esta guerra; un periodista francés se comunica a París dando nota de los últimos sucesos, pero repentinamente se le corta la comunicación telefónica.

Estas escenas muestran que la libertad de prensa en tiempos de guerra no existe y más cuando se reporta desde el lugar de los hechos, pues los periodistas apostados en ese tiempo en España debían hacer uso de los medios de comunicación que les facilitaba el gobierno, pero no podían informar libremente, ya que siempre habrá algo que censurar y para ello estaba esa oficina, para censurar las noticias que no le convenían a la República.

De hecho, durante la película se hace hincapié en que ambos bandos de la guerra usaron la propaganda política mediante noticieros en cine para ganar adeptos y tratar de “desmoralizar” al rival o a la propia población civil.

LA OBJETIVIDAD EN LA GUERRA

En la Oficina de Prensa Extranjera de la República, trabaja Teresa, quien habla tres idiomas: euskera, inglés y castellano, además de ser la encargada de realizar la censura sobre las noticias que salen de esa oficina, su jefe es Vasyl, quien reporta directamente al cónsul ruso, pues la República está recibiendo ayuda directa de la entonces Unión Soviética, mientras que el General Franco recibe apoyo de Alemania e Italia. Esta oficina se encarga de prestar auxilio a la prensa extranjera y es el caso de que Marta, una fotógrafa, ha perdido su cámara en el campo de guerra y le es repuesta con otra.

Bajo este panorama es difícil establecer una objetividad sobre lo que fue el conflicto bélico civil español; esta responsabilidad recayó en los reporteros extranjeros que cubrían la nota, pues se entiende que lo más objetivo del suceso lo daban los periodistas neutrales.

LA DESMORALIZACIÓN COMO TÉCNICA DE GUERRA

Teresa y Henry se enamoran, mientras el cónsul ruso le exige a Vasyl, como muestra de lealtad, que entregue a un pez gordo, así que éste le tiende una trampa a Henry, sin embargo la sacrificada es Teresa, por lo que es trasladada a Guernica, en donde será torturada para que confiese que es una traidora a la República, pero ninguno de los republicanos sabe que ese 26 de abril de 1937, esa ciudad será bombardeada.

El periodista británico George Steer publicó en el Times al día siguiente un artículo, en el que describía el bombardeo de la ciudad vasca: “…Por el modo de su ejecución y la magnitud de la destrucción producida, además de por la selección de su objetivo, el ataque de Guernica no tiene paralelo en la historia militar. Guernica no era un objetivo militar. Una fábrica de material de guerra situada en las afueras de la ciudad quedó intacta. Al igual que dos cuarteles ubicados a cierta distancia de la ciudad. La ciudad estaba muy por detrás de las líneas. El objetivo del bombardeo era aparentemente la desmoralización de la población civil y la destrucción de la cuna de la raza vasca. Cada hecho corrobora esta apreciación, comenzando con el día en que se realizó la acción…”.

Ese día murieron 126 personas por el ataque aéreo realizado por la Legión Cóndor de Hitler durante tres horas y media sobre la ciudad símbolo de los fueros vascos, en una jornada que era día de mercado, lo cual supone, más allá del horror en la guerra, el ensayo de las tácticas aéreas que se emplearían en la Segunda Guerra Mundial, de bombardeos indiscriminados sobre la población civil a fin de desmoralizarla y conseguir la rendición.

Y HABLANDO DE DISCULPAS…

Es claro que la película sirve como un homenaje al pueblo vasco de Guernica, a los hombres combatientes, así como a las mujeres que resintieron ese día el horror de la guerra, terror que se describe en el cuadro de Picasso “Guernica” que fuera pintado para la Feria de París de ese año.

Además, se rinde tributo a los involucrados en dar a conocer la noticia a todo el mundo. El personaje de Henry Howell está inspirado en el periodista inglés George Steer, y otros reporteros de la época como Robert Capa o Ernest Hemingway; el personaje de Teresa se inspira en Constancia de la Mora, que fue directora de la Oficina de Prensa Extranjera de la República; la fotógrafa de guerra Marta es en alusión a Gerda Taro y Marta Gershon.

El bando franquista negó la autoría del hecho, atribuyéndolo a los republicanos, fue hasta 1949, cuando se hizo alusión al bombardeo aéreo en la revista Ejército, en un artículo del jefe militar que ocupó la villa después del suceso, y la confirmación oficial se publicó en el tomo “Vizcaya” de las monografías sobre la guerra civil del Servicio Histórico Militar en 1971.

En 1997, el entonces presidente de Alemania, Roman Herzog, en carta leída a los supervivientes del bombardeo por el embajador alemán en España con motivo del 60 aniversario, pidió públicamente perdón por la manifiesta autoría alemana del bombardeo.

Iñaki Anasagasti Oleabeaga, senador por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), durante el 80 aniversario enfatizó que “hay que exigirle al rey Felipe VI que, como heredero directo de un dictador que designó a su padre como Jefe del Estado, pida perdón en nombre de una humanidad que quiere que estas barbaridades no vuelvan a repetirse”.

Disculpa y perdón que no han llegado, pero ¿será acaso que el gobierno español no esté acostumbrado a pedir disculpas?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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