Mandatarios y Expresidentes Mexicanos que han Estado en la Mira de los Asesinos

Tema Principal

Vicente Fox Quezada.

*En 119 Años, Atentados Contra una Docena, de 31

*También los han sufrido Aspirantes a la Silla del Águila

*Métodos: Balazos, Bombazos, Golpes y Envenenamiento

*Por los Vericuetos del Rancho “La Estancia”

*Acertada la Seguridad Para Calderón y Vicente Fox

Por Nidia Marín

A uno lo salvó una camiseta reforzada: un chaleco antibalas. A otro sólo le dieron una buena “madrina”. A uno más, le lanzaron una bomba asustona y luego lograron llevárselo a la tumba. Hubo al que lo salvó su ángel de la guarda de gran tamaño. También aquel a quien los “jóvenes del coro fácil”, le dieron una democrática pedrada “entre ceja, oreja y…”. Además, estuvo el que cedió su manjar envenenado a una galana y ella se convirtió en un bello cadáver.

Porfirio Díaz.
Venustiano Carranza.

Son nuestros presidentes, expresidentes y candidatos a “la grande”, a quienes mediante conspiraciones, complots y asesinos solitarios han querido quitar o quitaron de en medio… igual que en todo el mundo, aunque más seguido.

En México, por lo regular, es a balazos como han buscado eliminarlos, pero también se han utilizado otros mecanismos: manjares venenosos, bombazos, inyecciones letales y varios más. Claro sin llegar a los 638 de la CIA contra Fidel Castro, quien… ¡se les fue vivo al corral!

Como en la viña del Señor hay de todo. Nuestro muestrario abarca intentos fallidos, exitosos, así como francos y estrepitosos fracasos, aunque en muchos casos no quitan el dedo del renglón.

Plutarco Elías Calles.

México ha tenido 31 presidentes, incluido el actual, desde 1900 hasta la fecha (119 años), así como varios expresidentes y decenas de aspirantes a la Silla del Águila. Casi la mitad con o sin la banda cruzada en el pecho, han sido objeto de atentados para matarlos, ya que suman una docena… que se sepa. A lo mejor son muchos más.

Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Victoriano Huerta (como ex mandatario) Álvaro Obregón, Pascual Ortiz Rubio, Manuel Ávila Camacho, Gustavo Díaz Ordaz, Luís Echeverría Álvarez, Vicente Fox Quesada (dos advertencias como ex presidente) y Felipe Calderón Hinojosa… más los que se acumulen en estos tiempos del siglo XXI. Como aspirantes a Palacio Nacional: Juan Andrew Almazán y Luís Donaldo Colosio…

UNA MUERTE CIVIL A CACHETADAS

El atentado contra Porfirio Díaz, fue un fallido tiranicidio, Sí, un borrachín llamado Arnulfo Arroyo, dicen, trató de asesinarlo… a golpes. De acuerdo a Martín Solares en un artículo de 2008 sobre el libro de Álvaro Uribe, “Expediente del Atentado”.

Pascual Ortiz Rubio.

“Arroyo intenta asesinar al dictador Díaz en pleno desfile de 16 de septiembre. Pero la fatalidad ejecuta sus propios proyectos, a veces por vías ridículas, y, si bien agita la tranquilidad de la sociedad porfiriana, el paria arrastra al abismo a buena parte de su generación”.

(En otros países han ocurrido tiranicidios. ¿Ejemplos? Nicolás Ceaucescu, en Rumanía; Anastasio Somoza García, en Nicaragua (lo baleó un poeta); Rafael Leónidas Trujillo, en República Dominicana y Marcos Pérez Jiménez, de Venezuela).

Maximinio Ávila Camacho.

Madero, ya se sabe, vía la Decena Trágica fue asesinado. Victoriano Huerta tomó prisioneros a Francisco y a su hermano Gustavo, así como a José María Pino Suárez y los fusilaron en 1913.

Tres años después (1916), ya como vicepresidente, Huerta recibiría una mortífera inyección, cuando convalecía de cirrosis hepática en un hospital de Fort Bliss, en El Paso, Texas.

Y aunque el corrido a Victoriano lo dijera…

“Que siempre los tiranos / por influencia o por suerte / se burlan de la muerte / y del Código Penal”

Luis Echeverría.

Por aquellas tierras fronterizas, no pudo.

Venustiano Carranza, a su vez, fue acribillado en Tlaxcalantongo, la noche del 21 de mayo de 1920, aproximadamente a las cuatro y media de la mañana, por un grupo de hombres armados encabezados por Rodolfo Herrero.

Hay quienes aseguran que Plutarco Elías Calles se salvó de milagro. José Elías Romero Apis (Excelsior 2017), por ejemplo, señala que al ir a cenar al restaurante de moda con una “galana” ella expresó lo que sería su último deseo, disfrutar el platillo del presidente, él se lo entregó, la muñeca se lo comió y a los pocos minutos era un bello cadáver.

Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Al sonorense Álvaro Obregón ya se la tenían sentenciada. A principios de noviembre de 1927 cuando circulaba en su vehículo por el Bosque de Chapultepec, rumbo a una corrida de toros, fue atacado con una bomba lanzada por integrantes de la Liga de Defensa por la Libertad Religiosa. Fue un fiasco. No le pasó nada. Pero ocho meses después José de León Toral se salió con la suya, con seis balazos, uno en el rostro y los demás en la espalda.

El inefable “Nopalito” fue otra víctima. Casi le desprenden la mandíbula. En 1930, Pascual Ortiz Rubio, tras su toma de posesión, al salir por la Puerta de Honor de Palacio Nacional para dirigirse al automóvil, acompañado de una amiga de la familia, en otro vehículo ya lo esperaba Daniel Flores González, quien disparó al mandatario en el rostro.

Y dice un verso del corrido de aquel tiempo:

Gustavo Díaz Ordaz.

“El presidente fue herido/ debajo del maxilar / y en una oreja muy leve / la esposa del general”.

El atacante fue detenido. Lo sentenciaron a 19 años de prisión, pero como es común en México… un año después, en 1932, fue encontrado muerto en su celda.

ENTRE ÁNGELES Y DEMONIOS

Juan Andrew Almazán, como aspirante a la Silla del Águila, escapó de dos atentados, uno entre los pinos y liquidámbares de Zacapu, Michoacán, a principios de 1940 y otro en Hermosillo, Sonora en junio del mismo año. El susto no se lo quitó nadie, ni el gran Ángel de la Guarda que lo acompañaba. ¡Ufff! Al final no murió con las botas puestas.

Al general Ávila Camacho también le tocaría, por lo menos el pavor. Narra Antonio Aspiros (2009, El Diario de Coahuila) que “…el 10 de abril de 1944 el presidente Manuel Ávila Camacho resultó ileso de un ataque cuando, al transitar por el Patio de Honor hacia su despacho en Palacio Nacional, se detuvo a saludar al teniente Antonio de la Lama Rojas, y éste le disparó con una pistola, sin éxito porque el presidente usaba chaleco antibalas”.

Francisco I. Madero.

Asegura el periodista que “…hubo diversas versiones sobre el caso, documentadas en libros y revistas, y algunas coinciden en que Maximino Ávila Camacho, hermano del presidente, ordenó que al atacante se le aplicara la “ley fuga”.

A Gustavo Díaz Ordaz como a las capillitas le llegaría su fiestecita. De acuerdo a Roberto Zamarripa (Revista Proceso 1993):

“Fue el 5 de febrero de 1970, en el aniversario de la promulgación de la Constitución.

Felipe Calderón Hinojosa.

“Había como 100 soldados, guardias presidenciales y mucha gente haciendo valla desde Insurgentes hasta el Monumento a la Revolución Ahí, en la esquina con la calle de Valentín Gómez Farías, se paró un coche negro y disparé Adentro estaba el secretario de la Defensa, Marcelino García Barragán. La bala pegó en el chasis Yo quería matar al presidente Gustavo Díaz Ordaz”.

Ese hombre que atentó contra Díaz Ordaz, en 1970 meses después de los hechos sangrientos de 68, fue Carlos Castañeda de la Fuente. Ironías de la vida, como consecuencia de su intento de crimen fue recluido en el hospital psiquiátrico “La Castañeda” por 23 años.

LA PEDRADA DEL “CORO FÁCIL”

A Luís Echeverría Álvarez, como es muy conocido, le dieron una pedrada en Ciudad Universitaria, después de agredirlo verbalmente y de que el propio mandatario se confrontó con ellos. Quizás tras la corretiza, el ataque de los “jóvenes del coro fácil”, provino de “fuenteovejuna”, porque se desconoce quién de todos los estudiantes que estaban aquel día de marzo 1975 la lanzó y… le atinó. (Por cierto, por ahí andaba Javier Jiménez Espriú)

Alvaro Obregón.

Y llegamos a Luis Donaldo Colosio, candidato a la Presidencia de la República Mexicana, asesinado a balazos en Lomas Taurinas, Baja California, crimen en el cual sigue prevaleciendo la duda, no obstante todos los fiscales, las investigaciones realizadas y la prevalencia de la tesis del asesino solitario: Mario Aburto.

En el caso de Felipe Calderón, en 2009 fue detenido un sicario del Cartel del Pacífico, Dimas Díaz Ramos, alias “El Dimas” o “El Seis”, quien presuntamente trataba de asesinar al presidente Felipe Calderón. La Investigación la llevó a cabo la Secretaría de Seguridad Pública Federal.

Respecto del asunto de Vicente Fox, por segunda ocasión el ex presidente denunció a gente armada dentro de su rancho “La Estancia”, en Guanajuato. La última vez fue el 8 de abril. Hay quienes no le creen porque surgieron desde una pareja armada de una boda, hasta un cazatesoros. El dijo que eran do eventos distintos.

Sin embargo, están muchos que consideran acertada la decisión de brindarle seguridad por parte del Ejército (también a Felipe Calderón), después de la pifia de eliminar al Estado Mayor Presidencial, que se encargaba de resguardar al mandatario en turno y a los expresidentes.

VENGANZA DE LOS MALQUERIENTES

Todos los presidentes y expresidentes (inclusive algunos candidatos) han tenido malquerientes en nuestro país y en prácticamente todo el orbe. Los más recientes atentados fueron contra Nicolás Maduro, en Venezuela, mediante un dron; el mandatario de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa; el presidente de España, Pedro Sánchez; el presidente de Somalia, Hassan Sheij Mohamud y el entonces candidato a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, quien fue apuñalado.   

En México, con la problemática grave de inseguridad, asesinatos y desapariciones que se está viviendo, no está el horno para bollos, incluido el presidente actual, Andrés Manuel López Obrador.

 

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