Pende de un Hilo el (T-MEC)

Los Dados de Dios

*Una Demócrata en Defensa de los Mexicanos

*Una Reforma Laboral a Gusto de Estados Unidos

 *Mientras el Desempleo Sigue Creciendo en México

Por Nidia Marín

Es de pena ajena que sea una congresista estadounidense quien salga en defensa del sector laboral mexicano… o que manipule con el tema en contra el nuevo tratado, elaborado en la era Trump.

Nancy Pelosi, la demócrata presidenta de la Cámara de Representantes, de Estados Unidos es quien advirtió que no se ratificará el nuevo tratado con América del Norte (T-MEC) si no se realiza en México una reforma laboral.

Y su frase lo dice todo: “Es un tema importante cómo son tratados los trabajadores en México”.

También precisó que las inquietudes de los legisladores demócratas “apuntan al derecho de los trabajadores, el medioambiente y los problemas relacionados con los productos farmacéuticos”.

Nadie estaría en contra de la reforma ¿o sí? En México, insisten, urgen modificaciones en la materia, porque efectivamente los trabajadores la pasan mal. Sí, están en la lona.

La anterior reforma, la de 2012, en la cual se modificaron más de 400 artículos, no benefició al sector que debía. No fueron los trabajadores los que obtuvieron una mejoría y si en cambio fueron vulneradas muchas de las prestaciones de que gozaban.

Actualmente (sin contar con los despidos de los últimos tres meses) y con base en las cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del sexenio pasado, la población económicamente activa es de 53,827,275 de mexicanos, de los cuales 36,827,208 son asalariados, mientras que 12,014,579 trabajan por cuenta propia, 2,567,512 son empleadores, 2,375,958 no reciben pago. Los desempleados sumarían cerca de 2 millones, más los acumulados recientemente (13,000).

El asunto es que las más recientes reformas laborales, como dice el experto Alfonso Bouzas Ortiz, respecto de la de 2012, a nadie dejaron satisfecho, pero además “no modificaron aspecto alguno de la estructura laboral, degradaron el trabajo, atendieron aquellos aspectos inmediatistas que más interesaban al sector empresarial: abaratar el despido y flexibilidad en la contratación, pero poco o nada aportaron para sacar al país de la situación en que se encuentra”.

En febrero de 2017, mediante otra reforma, fueron desaparecidas las Juntas de Conciliación y Arbitraje. Y se supone que en este año 2019 el poder judicial de cada entidad federativa, mediante tribunales laborales, resolverían las controversias entre trabajadores y patrones.

Pero para que esto suceda el Congreso de la Unión deberá emitir las leyes de dichas instituciones.

En su momento, el año pasado, se consideró que la iniciativa de reforma laboral no era incluyente, plural, justa ni legal, además de ser una violación a los derechos humanos y laborales.

En este 2019, Morena presentó una iniciativa, sobre la cual el IMCO señaló:

“La propuesta centra su atención en tres bloques temáticos, todos ellos muy importantes. El más importante pretende reformar la manera en que los líderes de los sindicatos ejercen el control de los mismos. La propuesta pretende establecer una mecánica de selección de líderes basada en el voto secreto de los agremiados, en vez de los procesos actuales de voto por aclamación.

“La reforma también pretende transparentar el uso de los recursos de los sindicatos y propiciar la rendición de cuentas…”

¿Qué pasará con los trabajadores mexicanos? Se desconoce. Mientras continúan los despidos por todas partes y el famoso nuevo tratado con Estados Unidos está pendiente de un hilo.

 

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