El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana, al proyectar que se mantendrá por debajo de 2.0 por ciento en este año y en 2020, por la incertidumbre sobre la dirección de las políticas del nuevo gobierno.
En su informe “Perspectivas de la economía mundial” difundido este martes, el organismo internacional proyectó que la economía mexicana crecerá ahora 1.6 y 1.9 por ciento en 2019 y 2020, respectivamente, una desaceleración respecto al avance de 2.0 por ciento el año pasado.
Esta nueva estimación para 2019 es menor a la de 2.1 por ciento hecha en el informe de enero pasado y a la de 2.5 por ciento en octubre del año pasado, mientras que la de 2020 está por debajo de las proyecciones previas, de 2.2 y 2.7 por ciento, respectivamente.
“En México, ahora se proyecta que el crecimiento se mantenga por debajo de 2.0 por ciento en 2019–2020, una revisión a la baja cercana a 1 punto porcentual en ambos años en relación con lo señalado en octubre”, añadió.
El organismo financiero internacional apuntó que en México, el sentimiento de los mercados se deterioró y los diferenciales soberanos subieron cuando el gobierno entrante canceló la construcción del aeropuerto planificado para la capital y dio marcha atrás con las reformas energéticas y educativas.
Así, abundó, hay incertidumbre por el cambio de orientación de las políticas llevado a cabo por el nuevo gobierno de México.
El FMI señaló que al igual que en Brasil, las nuevas proyecciones para la economía mexicana reflejan en parte variaciones en las percepciones sobre la dirección de las políticas en los nuevos gobiernos de ambos países.
“En México, donde los diferenciales soberanos han aumentado considerablemente desde octubre, es esencial evitar demoras de las reformas estructurales necesarias, que de producirse generarían una mayor incertidumbre que perjudicaría la inversión privada y el aumento del empleo”, estimó.
Además, proseguir con el plan de consolidación fiscal a mediano plazo (y tal vez procurar una reducción aún mayor del déficit) estabilizaría la deuda pública, mejoraría la confianza y crearía espacio para responder a shocks y atender las necesidades de gasto relacionado con el envejecimiento de la población.
Siempre que la inflación permanezca moderada y las expectativas bien ancladas, la política monetaria puede seguir siendo acomodaticia, con un margen para recortar las tasas si fuera necesario, anticipó.
Apenas la semana pasada, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) también rebajó sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana a un rango entre 1.1 y 2.1 por ciento en 2019, así como entre 1.4 y 2.4 por ciento en 2020.
De acuerdo con el documento conocido como “Pre-Criterios” de política económica, estas nuevas estimaciones son menores a la de entre 1.5 y 2.5 por ciento en 2019 y entre 2.1 y 3.1 por ciento para 2020, consideradas en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) aprobados en diciembre pasado, dentro del paquete económico para 2019.
Para la economía mundial, el FMI proyectó que el crecimiento se desacelerará de 3.6 por ciento en 2018 a 3.3 por ciento en 2019, menor en 0.2 puntos respecto a la estimación de enero pasado, para retornar a 3.6 por ciento en 2020.
La nueva estimación del organismo financiero para América Latina es de un crecimiento de 1.4 y 2.4 por ciento en este año y en 2020, menores en 0.6 y 0.1 puntos a las proyecciones de enero pasado.