Por Jesús Michel Narváez
Finalmente y pese al bloqueo en las instalaciones de la Cámara de Diputados, los integrantes de las comisiones unidas de Educación y de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados avalaron en lo general y lo particular, el dictamen de reformas en materia educativa por la que se abroga la aprobada en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
El dictamen recibió 48 votos a favor, 9 abstenciones y 3 en contra. Desaparecen las evaluaciones punitivas, en tanto que los derechos laborales se regirán por el Artículo 123 de la Constitucional, Apartado B y en aras de evitar la confrontación y mantener el diálogo, los diputados añadieron dos artículos transitorios en los que se establece que la admisión, promoción y reconocimiento se regirán por la Ley Reglamentaria del Sistema para la Carrera de los Maestros.
Vaya, apenas están en la reforma constitucional de la que sí quedarán muchos puntos, comas y punto y coma, como me lo confirmó el diputado Juan Pablo Sánchez Rodríguez, y ya evaden el conflicto anunciando las leyes secundarias.
Para que ello ocurra, como dirían coloquialmente “todavía le cuelga y mucho”.
A diferencia de Mario Delgado que clamó desde septiembre pasado que de la reforma educativa no quedaría ni una sola coma, Sánchez Rodríguez, de Morena por cierto, me explicó que hubo temas rescatables y que sin duda podrán fortalecer la reforma que ahora se realiza.
Para los diputados ya hay avances. Para los disidentes, no.
Me decía hace unos días Wilbert Santiago Valdivieso, vocero de la Sección 22 de la CNTE de Oaxaca, que los legisladores podrán aprobar el dictamen y subirlo al pleno pero que ellos, los maestros, no lo aceptarán si se mantiene el tinte laboral que se plasmó en la reforma vigente.
Ellos, los disidentes, tomarán acciones concretas y ayer lo demostraron: bloqueos que provocaron el caos vehicular. Están en su derecho.
Juan Pablo Sánchez Rodríguez me confirmó que no se regresará a las viejas prácticas y que la reforma que seguramente se aprobará “es la posible, no la mejor”.
Es decir, todavía es perfectible. La duda que aflora es si la CNTE perdió o si ahora mostrará todo el músculo que posee. ¿Perdió en realidad? Lo sabremos antes de que el gallo cante tres veces, para estar a tono con el bíblico discurso presidencial.
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