Por segundo año consecutivo, Finlandia es el país más feliz del mundo. No porque lo digan sus habitantes en una encuesta, sino porque lo dicen los indicadores elaborados para la ocasión por los expertos de la ONU. En el otro extremo, Sudán del Sur, el país más joven del mundo, pero también el único que no ha conocido un solo día de paz, es donde viven las personas más infelices de la Tierra.
El informe clasifica a los países según seis variables claves que procuran el bienestar: ingresos, libertad, confianza, esperanza de vida saludable, apoyo social y generosidad.
La séptima edición del Informe Mundial de Felicidad (World Happiness Report), que estuvo encabezado en sus primeras cinco ediciones por Noruega, destaca de nuevo por la absoluta hegemonía de Europa, que cuela ocho países entre los diez más felices. En el informe 2019, el segundo puesto lo gana Dinamarca, que manda a Noruega al tercer lugar, seguido de Islandia, Nueva Zelanda, Suiza, Suecia, Canadá y Austria.
Por el contrario, los diez países más infelices del mundo siguen concentrados en África —Sudán del Sur (1), República Centroafricana (2), Tanzania (4), Ruanda (5), Malawi (7), Botswana (9)—, mientras que otros tres asiáticos han sido destrozados por la guerra —Afganistán (3), Siria (8), y Yemen (6)—. La lista de los diez más infelices la cierra un país americano, Haití, que de 156 países estudiados ocupa el puesto 146. El segundo más infeliz del continente es uno de los más ricos en petróleo del mundo, Venezuela, que ocupa el puesto 108.
El caso mexicano. En el otro extremo del ranking regional, los dos países más felices de América Latina son Costa Rica, con un destacadísimo puesto 12, y México, en el puesto 23, por detrás de Estados Unidos (19), pero por delante de Francia (24), Chile (26), España (30), Italia (36) o Japón (58).
El informe, que recoge el nivel de la felicidad en los últimos tres años, destaca que en el caso de los mexicanos, la satisfacción en el país se redujo en aproximadamente medio punto entre 2013 y 2017, coincidiendo con un repunte de la corrupción, una desconfianza creciente en los políticos tradicionales o hechos puntuales, como el “gasolinazo”. Por el contrario, la victoria de Andrés Manuel López Obrador y su promesa de transformación del país, ha generado grandes expectativas que podrían hacer subir al país varios peldaños en el ranking de la felicidad.
También los inmigrantes. El coeditor del informe, John Helliwell, profesor emérito de la Universidad de British Columbia, destacó, además, que no sólo son los más felices los nativos de los países que encabezan el ranking, sino los inmigrantes que allí se fueron a vivir.
“No se trata del ADN finlandés, es la forma en la que se vive la vida en ese país. Pagan altos impuestos por una red de seguridad social, confían en su gobierno, viven en libertad y son generosos entre sí. “Se preocupan el uno por el otro”, dice. “Ése es el tipo de lugar en que la gente quiere vivir”.
