Por Jesús Michel Narváez
Hace unos días, el 8 para ser preciso, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero declaró o fue mal interpretada en lo que dijo, estar de acuerdo con el aborto y que como mujer estaba al lado de las mujeres.
Cuando la Iglesia Católica salió a dar su versión y acusó a la funcionaria de promover el aborto, la funcionaria federal salió a decir que está en contra de la medida y que es falso que se encuentre legalizado.
Con todo respeto doña Olga: en cuando menos 19 estados del país es legal abortar antes o hasta las 12 semanas de la gestación. La llamada “Ley Robles” fue la primera en dar certidumbre a las mujeres que por diversas razones se veían y ven obligadas a buscar al cirujano para que se practique el aborto.
No sé si las palabras de la secretaria de Gobernación fueron mal interpretadas o fue obligada por la declaración presidencial de que “someteremos a consulta” el tema del aborto, que por cierto, fue rechazado por miles, podría decirse millones, de mujeres que clamaron: “los derechos no se consultan”.
Es evidente que el presidente López Obrador tiene una opinión diferente a la de decenas de países en donde se ha legalizado el aborto a causa de la presión femenina. Es un terreno pantanoso en el que cualquiera puede resbalar.
Eso parece haber ocurrido con doña Olga. Pero en aval de los comunicadores, habría que decir que no inventan las notas. De ahí que suponga en lo personal que el cambio de opinión tiene que ver con la consulta anunciada por López Obrador, que no tiene fecha de realización.
Y habría que sumar el desdén del jefe político del Senado de la República, Ricardo Monreal Ávila, quien al ser preguntado sobre el tema respondió: no es un tema prioritario… hay otros asuntos más importantes que atender.
Ambos personajes se pronunciaron sobre el tema después de conocer la postura del Presidente de la República.
Y como diría José Antonio Crespo en una entrevista en el programa Misión, Periodismo sin Regaños que se trasmite por ABC-Radio en el 760 de AM, México es un país laico y por tanto no se debe recurrir a la biblia para predicar la forma de gobierno.
Pero el Presidente hace caso omiso de la laicidad y el mismo camino siguen los integrantes de su gabinete y sus legisladores, bueno, los de Morena que demuestran tener menos libertad que un can amarrado a un poste.
Es difícil entender el tema y espinoso para aquellos que todavía consideran que el número de hijos “son los que Dios nos mande”, sin reconocer que la planificación familiar se vive en México desde la década de los setenta.
¿Por qué doña Olga sale irritada a decir que está en contra del aborto y que no está legalizado?… ¿Y por qué el senador Monreal considera que el tema no es prioritario?
Seguramente es el misterio por el inminente arribo de la primavera.
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