Por Emilio Hill B.
Interesante los resultados en taquilla de la semana que comprende del 25 al 27 de enero. Como era de esperarse, el filme mexicano Mirreyes Contra Godínez (Chava Cartas,2018) ocupa el primer lugar en taquilla. Por encima de otros largometrajes mexicanos que tienen más calidad. Caso concreto Distancias Cortas (Alejandro Guzmán,2015).
Mirreyes Contra Godínez, blockbuster mexicano que distribuye la poderosa Videocine, sigue la línea del cine dirigido al público adocenado a la narrativa televisiva. No la que proporciona el streaming, sino los productos más convencionales. apela al gag de mediana efectividad y repetido mil veces en guiones producidos a destajo. Su misión es recaudar dinero en taquilla y ser olvidado. Quizá incluso repudiado, después de pagar el boleto claro, gracias a un elenco popular y tráiler llamativo.
El tema es lo de menos, lo que funciona son lugares comunes del entretenimiento televisivo popular, aunque hay que reconocer que la empresa de la barras y las estrellas se sabe rodear de gente que conoce con decoro su oficio. Claro ejemplo es la incursión del director Chava Cartas.
Dos grupos sociales diferentes, oficinitas y juniors, pelean la dirección de una empresa. Zapaterías Kuri. De parte de los Godínez está Genaro (Daniel Tovar) y el hijo del dueño -ahora se les dice fifí– se encuentra Santi (Pablo Lyle). Esta es la premisa para crear una comedia de enredos que desaprovecha hasta eso, una buena idea.
No niega su origen en asuntos como Nosotros los Nobles (Gary Alazraky 2013), pero que la vocación televisiva, la hace tener personajes unidimensionales.
Hay una premisa interesante con esta película: en 1991, en el contexto de lo que se llamó -de manera errónea- nuevo cine mexicano, un largometraje llamó de forma discreta la atención, Cómodas mensualidades , dirigida por el recién fallecido actor y director Julián Pastor.
El filme, cuenta la historia del apocado oficinista José (Dino García), quien debe casarse ya que embarazó a su novia, la niña bien Veronice (Claudia Fernández). Su única ilusión en la vida es ganar un coche que pretende sacar del Autofín que paga con trabajos. En una escena, sueña que el vehículo se lo entregan en el Zócalo, en medio de la noche y envuelto en un camino de llamas. La ironía sin concesión, para un personaje perdido en la nada.
La película tuvo cierto éxito y es un referente de una época en que el cine nacional, limpiaba sus culpas con una suerte de público selecto. Mirreyes Contra Godínez no puede ocultar su gestación, aunque queda por debajo del trabajo de Julián Pastor.
El blockbuster, es un filme de receta, con secuencia de créditos que no se separa a la mayoría de productos que hace Televisa, pero que se queda en lo cosmético. Una lástima ya que la idea primigenia no es mala. Y Cartas, el director, tiene recursos –cuando quiere-.
Del otro lado, está una propuesta de cine contenido e intimista, para un sector algo más exigente, aunque no huye de entretener con punto fino, a un público exigente: Distancias cortas (Alejandro Guzmán, 2015).
Un hombre de más de 200 kg Fede (Luca Ortega), encuentra un motivo para salir de reclusión, en la amistad de un mezquino y metiche adolescente Paulo (Joel Figueroa) y de su cuñado Ramón (Mauricio Isaac), quien vive amedrentado por su esposa.
Pero, sobre todo, la ilusión de un viaje a Veracrúz, será el motivo para que el obeso hombre encuentre motivos para vivir.
La anécdota es mínima, pero la trayectoria de descubrimiento de los personajes profunda. El universo que se desarrolla es el romper las distancias cortas a las que alude el título del filme.
Historia profunda pero a la vez sencilla, a la que se le agradece la economía de recursos, merece una mejor ventana de exhibición. Pero para esto, la formación de públicos es elemental.
Poco extraña que Mirreyes Contra Godínez, ocupe el primer lugar de taquilla. Pero, es de lamentar la poca fortuna de Distancias Cortas.
La distancia entre un público sensible y el adocenado por la TV, sigue siendo la gran batalla como en Mirreyes Contra Godínez. Así andamos.