Amnistía Internacional (AI) lanzó una campaña para instar a los gobiernos a que detengan sus programas de “vigilancia selectiva” de defensores de los derechos humanos tras el escándalo desatado por el software de espionaje Pegasus.
La ONG ha comenzado a recoger firmas para que ningún país prosiga con el pirateo de los dispositivos digitales, como teléfonos móviles, de los activistas con el fin de “espiarlos, silenciarlos e intimidarlos”.
“Los gobiernos de todo el mundo compran y permiten la venta de tecnología de vigilancia invasiva y sofisticada que puede poner en riesgo los dispositivos digitales de cualquier persona y hacer un seguimiento de sus actividades. Estas herramientas las fabrican y venden empresas privadas que en ocasiones obtienen ganancias de los abusos contra los derechos humanos”, señala AI en su nota.
La organización recuerdó que gobiernos y empresas han usado los programas espías, como Pegasus, contra activistas pro derechos, y no solo contra delincuentes y terroristas, como supuestamente es su intención.
Y singulariza esas críticas en países como Marruecos o Emiratos Árabes Unidos, cuyos ejecutivos “han actuado de forma ilegítima y reiterada contra activistas y la sociedad civil”.
También llama a los Estados que siguen permitiendo la exportación de tecnología de vigilancia a gobiernos que la usan para violar los derechos humanos a detener esa práctica.
Por todo ello, AI se une al exrelator especial de la ONU sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión para pedir una moratoria mundial de venta y transferencia de tecnología de vigilancia “hasta que se instaure un marco regulador adecuado y respetuoso con los derechos humanos”.