El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reiteró este martes que se debe acabar con el bloque económico de Cuba, y ante las protestas de los últimos días dijo no tener “información” sobre el posible intervencionismo de Estados Unidos.
“Consideramos que no debe haber bloqueo”, apuntó el presidente en su conferencia matutina desde Palacio Nacional.
Tachó de “interesante” que ante las Naciones Unidas la “inmensa mayoría” de países vota contra el bloqueo, pero que haya naciones que “pesan” y que vetan el fin del bloqueo.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, también pidió el lunes el fin de los bloqueos económicos que producen un “agobio” a Cuba.
Indicó que “todos estamos obligados a ayudar al pueblo cubano”, especialmente si se sufre de carencia alimentaria y en el sector salud, subrayó.
“No queremos jugar un rol protagónico en nada. Solo actuar cuando es necesario y para ayudar y siempre buscando el diálogo y la no confrontación”, agregó el mandatario.
Mientras que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que en nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) -de la que México ostenta la presidenta “pro tempore”- ya habló este lunes con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez.
El Gobierno de Estados Unidos negó el lunes estar detrás de las inéditas protestas antigubernamentales en Cuba, como afirman las autoridades de la isla.
Sobre la posible implicación de Estados Unidos, López Obrador dijo no tener “información”, pero se mostró sorprendido de que la ONG Artículo 19, que lucha por la libertad de expresión y recibe apoyo de agencias estadounidenses, opinara el domingo sobre la situación en Cuba.
Miles de cubanos tomaron las calles el domingo para protestar contra el Gobierno al grito de “¡libertad!” en una jornada inédita que se saldó con decenas de detenidos y enfrentamientos después de que Díaz-Canel conminara a sus partidarios a salir a enfrentar a los manifestantes.
Las protestas, las más fuertes que han ocurrido en Cuba desde el llamado “maleconazo” de agosto de 1994, se produjeron con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria.