*Fox Permitió que el PRI se Levantara de la Lona
*Las Mujeres Cobrarán las Ofensas y con intereses
Por Gerardo Lavalle
A.- Cuando faltan 15 días para iniciar formalmente las campañas de candidatos que buscan ser gobernadores, diputados federales y locales y presidentes municipales y síndicos, el escenario no varía y las oposiciones en su conjunto no han encontrado el camino que los lleve a la victoria más allá de los distritos electorales o estados en donde tienen verdadera presencia.
La pobreza de las precampañas, de las ofertas como oposición para frenar la imposición de un gobierno con tintes dictatoriales, pone en evidencia dos hipótesis: que hay arreglo con el poder de Morena –léanse Andrés Manuel López– o quede plano las oposiciones se dejaron alcanzar por la apatía.
Si bien es cierto el PRI con el PAN tienen una buena estructura estatal, distrital y municipal, no se ha sentido el trabajo a pie de tierra. Son spots, por ejemplo, en los que cuestionan las acciones del gobierno, pero no ofertan la respuesta que dé solución a los problemas.
Son lugares comunes. Y, por citar un caso, Alejandro Moreno Cárdenas, quien llegó a la dirigencia nacional del PRI sin mayores méritos que haber sido cabeza del movimiento juvenil en Campeche y legislador federal en dos ocasiones, tiene un severo problema: no le ayuda la voz. Es contestatario, pero nada más. Dentro del CEN y de los CDE del tricolor hay desánimo por la falta de cercanía del CEN con las bases y por no tomar en cuenta liderazgos locales que tienen arrastre y generan votos.
Lo mismo ocurre en el PAN, porque desde el centro del poder partidista, controlado por Marko Cortés, se han tomado las decisiones para designar candidatos que no garantizan los triunfos y en cambio producen rechazo de los militantes y simpatizantes.
Del PRD poco o nada se puede explicar. Con la pérdida de miles de militantes y seguidores que se cambiaron de partido y ahora forman parte de las huestes de Morena, y con la misma estrategia de antaño, no se vislumbra que reciban suficientes votos para cambiar la historia que se comenzó a escribir en 2018 y todavía faltan muchas páginas por escribir, aunque pareciera que los comicios del 6 de junio serán el tema para el colofón.
Con el patrocinio –no hay otra definición- presidencial, Morena se prepara para asaltar de nueva cuenta la Cámara de Diputados y obtener cuando menos 6 de las 15 gubernaturas en juego. Desde Palacio Nacional no hay mañana en la que el presidente López no arremeta contra los conservadores y los acuse de ser generadores de corrupción y al no existir en este gobierno –eso lo sostiene con los otros datos que no corresponden a la realidad- dirigen sus misiles en contra de las acciones emprendidas por la autollamada cuarta transformación. No es cuarta sino de cuarta y no es transformadora bajo ninguna lupa.
Si uno lee las encuestas de diferentes casas dedicadas a la demoscopia, se genera la impresión de que nada detendrá el viaje sin rumbo emprendido en 2018. Sin embargo, la percepción generalizada de los posibles votantes es de rechazo a Morena y su presidente. El fracaso económico, el abandono del campo, la escasez de medicamentos –de todo tipo-, la inseguridad y violencia que no ceden; el desempleo, el cierre de empresas chicas, medianas y grandes; la cancelación de fideicomisos y programas de apoyo a las mujeres, la opacidad en el manejo de los dineros públicos invertidos en las obras faraónicas del régimen y que limitan otras que son necesarias; la mala estrategia en el combate a la epidemia sanitaria, el elevado número de fallecidos e infectados por el letal virus y un largo etcétera, conforman una situación similar a la de 2018: la gente está harta.
Pero es percepción. No realidad. Igual que las encuestas que colocan a Morena, el partido oficialista, en primer lugar. No hay razonamientos y solamente es la percepción de que “no vamos requetebién”.
B.- En el Box, el deporte de las cachetadas y en más de una ocasión de severos golpes que cobran la vida de quienes lo reciben, se tiene un paradigma: si el adversario cae, atácalo con la furia suficiente hasta noquearlo y no pueda levantarse en la cuenta de protección.
En 2000, cuando el PRI perdió la Presidencia de la República y en 2003 con una mermada bancada de legisladores, Vicente Fox no tuvo los arrestos para dejar en la lona al tricolor. Le permitió levantarse y sus dirigentes maniobraron para seguir de pie, aunque sangrando por las heridas de las elecciones.
Con AMLO las cosas son diferentes. Es de piernas ligeras –aunque es una metáfora, porque con su edad y caminar no se puede decir que es más rápido que una tortuga-, jabs, oper, recto, gancho y volado, está golpeando de manera impresionante no solo al que está en el ring sino a los entrenadores, sparrings, cubeteros, médicos. A todos.
Administra los tiempos. Los utiliza en el momento en el que no tiene temas de qué hablar. Y entonces saca de la chistera nombres de personajes que hicieron historia en el viejo PRI o el neo PAN. Corta las cejas, parte los labios y aplica cabezazos a otros que en sus tiempos fueron representantes del PRD, el partido que le dio todo a López.
Cuando se disuelve la cortina de humo tendida por el caso Lozoya, esparce la de Rosario. Y luego la de Anaya. Más tarde la del auditor superior.
Fija la agenda con una sola intención: tapar los errores de su gobierno y voltear la tortilla para que todo mundo miré al pasado, condene a los conservadores y crea ciega y lealmente en el presidente de México.
C.- Irreflexivamente, podría decirse, aunque es todo lo contrario, desde Palacio Nacional se insiste en la teoría del “compló” de los conservadores quienes “utilizan” a las mujeres para golpear al gobierno actual.
Al habitante del Virreinal Palacio poco le importó que miles de mujeres salieran y tomaran las calles y las plazas no solamente la de la Constitución sino todas las de armas ubicadas en las capitales de las otras 31 entidades.
Descalificó, cual pontífice impoluto, cubierto por las alas del Espíritu Santo y sentado en el Trono Celestial, las protestas femeninas. Hizo caso omiso de los reclamos. Defendió haber erigido su muro de acero y olvidó, intencionalmente sin duda, que el número de feminicidios va en aumento y que es en su administración cuando la violencia contra ellas ha sido el eslabón más grande de la cadena de abuso sexual, mal trato en el empleo, acoso y más.
Las mujeres no callaron durante el M8. Por el contrario, unieron sus voces y sus reclamos para intentar ser escuchadas. Una quimera.
Porque en Andrés Manuel López resucitó la figura de Carlos Salinas de Gortari: no oye ni ve a las mujeres.
¿Cobrarán las mujeres el desprecio que les demuestra el señor López? Lo harán, seguramente, en las urnas. Y los intereses acumulados tendrán que ser pagados.