El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar, lamentó que las empresas privadas fueran excluidas del debate de la reforma eléctrica aprobada por el Senado y que prioriza a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“Nos preocupa la conclusión de esta madrugada. No nos dimos tiempo ni la oportunidad de debatir. No tuvimos facilidad de poder argumentar y contrastar”, expresó Salazar en un foro empresarial convocado para analizar la reforma.
Con 68 votos a favor y 58 en contra, el Senado mexicano ratificó la reforma exprés enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la cual ya había sido aprobada la semana anterior por la Cámara de Diputados.
Morena usó su mayoría para aprobar la reforma en menos de un mes y vetó la comparecencia en el Senado de expertos y empresas para debatirla.
“No se nos ha permitido exponer nuestro punto de vista, poder llevar argumentos sólidos que tengan criterio económico y técnico. No lo logramos pero seguiremos insistiendo”, reprochó el líder de los empresarios mexicanos.
La reforma establece despachar primero la electricidad de las plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles de la empresa del Estado, la CFE, sobre las centrales privadas de renovables y al final las de ciclo combinado.
También, de forma retroactiva, ordena revisar los contratos previos del Gobierno con particulares y cambia las reglas de los Certificados de Energía Limpia (CEL) para darlos a plantas viejas de la CFE.
Salazar sostuvo que la energía eléctrica generada por empresas privadas es “más barata” que la de la CFE, empresa que tiene “obsoletos equipos, falta de inversión en gastos de mantenimiento y produce una electricidad en formatos muy antiguos”.
“La generación de electricidad que hoy abastecen los privados se entrega un 26 por ciento más barata que el costo que hoy tiene la electricidad entregada por la Comisión Federal de Electricidad”, aseguró.
Auguró un aumento en los costos de la electricidad en fábricas y empresas, que los mexicanos acabarán pagado cuando se compren unos pantalones o vayan al restaurante, ejemplificó.
Y también predijo batallas jurídicas, puesto que “los agentes económicos que invirtieron de buena fe en nuestro país deberán tener alguna protección del Poder Judicial”.
El presidente López Obrador declaró este miércoles que “no quiere expropiar por expropiar” ni generar miedo a los inversionistas, sino corregir los contratos “leoninos” que obtuvieron algunas empresas durante los Gobiernos anteriores.
“No estamos en contra de los empresarios, estamos en contra de la corrupción”, aseguró el presidente.
Desde que asumió el poder en 2018, López Obrador ha sostenido su voluntad de revertir parte de la reforma energética que impulsó su antecesor, Enrique Peña Nieto (2012-2018), y que abría el sector a la inversión privada.
López Obrador dice que busca la “autosuficiencia energética” de México y “rescatar” las empresas del Estado, CFE y Pemex, que fueron “saqueadas” por Gobiernos anteriores.
“Sí queremos que nuestro país sea soberano, pero sustentado en la eficacia y la eficiencia”, respondió Salazar.