El COVID-19, la gran pesadilla que ha marcado el 2020, se ha colado en la fiesta del futbol sevillano por los cuatro positivos detectados en la plantilla del Betis, que, por ello, llega muy mermado a un derbi, el de este sábado ante el Sevilla, cuya disputa llegó a estar en el aire, aunque finalmente se jugará.
Así, el extremo Joaquín Sánchez, el medio mexicano Andrés Guardado y el lateral Martín Montoya son bajas al dar positivo por COVID-19 en los PCR previos, lo que obligó a aplazar este viernes la sesión matinal a la tarde hasta la confirmación de los resultados, y se unen al lateral Álex Moreno, confinado desde el lunes por igual motivo.
Estas cuatro ausencias en el equipo dirigido por el chileno Manuel Pellegrini, más notables en los casos de Guardado y Joaquín al ser habituales titulares, se suman a otras cinco ya sabidas por lesión: el meta Dani Martín, Marc Bartra, Víctor Camarasa, el luso William Carvalho y Cristian Tello.
Al desconocerse en principio si se trataba de un brote con más contagiados y si en ese caso LaLiga accedería a un posible aplazamiento, toda la jornada previa al derbi ha estado presidida por la incertidumbre al ignorarse si, al final, podría jugarse.
De este modo, el Betis-Sevilla, la cita deportiva más esperada en la ciudad y que desata un río de pasiones y sentimientos cruzados en familias, amigos o vecinos según la fe balompédica que profesen, ha estado marcado, en primer lugar, por esa duda inicial y luego por la de con qué efectivos podría contar Pellegrini.
Finalmente, los verdiblancos deberán intentar con más bajas de las previstas plantarle cara a un Sevilla sólido y fuerte, que, a priori, llega con la etiqueta, siempre incómoda, de favorito.
En cualquier caso, ese tipo de carteles y la condición de presumible favorito antes de estos duelos no sirven para nada, como tantas veces se ha demostrado en el derbi sevillano, pues por su componente emocional y racial todo puede cambiar sobre el césped.
La gran incógnita ahora, después de esas vicisitudes derivadas del COVID-19, es saber cómo reaccionará el Betis ante una cita que marca los tiempos en la Sevilla futbolística, dual y cainita, aunque al fin y al cabo todos hijos de una misma ciudad y en la que en las familias conviven con naturalidad los dos sentimientos.
Porque el resultado de cualquier derbi hispalense conlleva de forma intrínseca la gloria o la depresión, según el bando que haya salido vencedor y hasta que llegue el próximo.
En lo puramente deportivo, esta vez el Sevilla de Julen Lopetegui llega mejor al choque que el irregular Betis de Pellegrini, cargado de dudas y vulnerable hasta la desesperación en defensa, si bien ambos técnicos han elogiado a su rival en las vísperas.
Aún así, es indiscutible que los sevillistas son cuartos en la tabla con 26 puntos, tras ganar por 2-0 a un rival directo por la Liga de Campeones como el Villarreal, y los verdiblancos décimos con 19 tras una nueva decepción al ser goleados por el Levante (4-3).
Con siete puntos de diferencia entre ambos, el Sevilla afronta en mejor forma este duelo en Heliópolis, al encadenar seis encuentros invicto -cuatro en Liga, uno en Copa y otro en la Champions- en el final de un año glorioso, en el que conquistó su sexta Liga Europa y regresó a la Liga de Campeones, en la que ya está en los octavos.
Todo lo contrario le ocurre a un Betis en crisis, muy irregular, perdido en zona de nadie en la tabla y con el negativo honor de ser el equipo más goleado de Primera, 30 en 16 jornadas, con lo que le urge remontar el vuelo para aspirar a cotas más altas y mejorar un 2020 muy mediocre, sobre todo por su debilidad defensiva.
Pese a las bajas citadas, Pellegrini recuperó ante el Levante a un hombre clave como Sergio Canales, que reapareció con dos goles tras mes y medio lesionado, y también parece que será titular el portero chileno Claudio Bravo, ya restablecido de una dolencia.
En lo puramente deportivo, esta vez el Sevilla de Julen Lopetegui llega mejor al choque que el irregular Betis de Pellegrini, cargado de dudas y vulnerable hasta la desesperación en defensa, si bien ambos técnicos han elogiado a su rival en las vísperas.
Aún así, es indiscutible que los sevillistas son cuartos en la tabla con 26 puntos, tras ganar por 2-0 a un rival directo por la Liga de Campeones como el Villarreal, y los verdiblancos décimos con 19 tras una nueva decepción al ser goleados por el Levante (4-3).
Con siete puntos de diferencia entre ambos, el Sevilla afronta en mejor forma este duelo en Heliópolis, al encadenar seis encuentros invicto -cuatro en Liga, uno en Copa y otro en la Champions- en el final de un año glorioso, en el que conquistó su sexta Liga Europa y regresó a la Liga de Campeones, en la que ya está en los octavos.
Todo lo contrario le ocurre a un Betis en crisis, muy irregular, perdido en zona de nadie en la tabla y con el negativo honor de ser el equipo más goleado de Primera, 30 en 16 jornadas, con lo que le urge remontar el vuelo para aspirar a cotas más altas y mejorar un 2020 muy mediocre, sobre todo por su debilidad defensiva.
Pese a las bajas citadas, Pellegrini recuperó ante el Levante a un hombre clave como Sergio Canales, que reapareció con dos goles tras mes y medio lesionado, y también parece que será titular el portero chileno Claudio Bravo, ya restablecido de una dolencia.