En su reporte ejecutivo sobre el clima de inversión en México, el Departamento de Estado de Estados Unidos expresó su preocupación por la política energética del Gobierno Federal de nuestro país.
En el documento, la dependencia estadounidense señala que el crecimiento económico de México está obstaculizado por la incertidumbre en el cumplimiento de los contratos, la inseguridad, la informalidad y la corrupción; factores que aumentan el costo de hacer negocios en nuestro país.
La economía mexicana ha promediado un crecimiento del 2.34 por ciento de su producto interno bruto (PIB) entre 1994 y 2019, pero en el año anterior cayó a .1 por ciento.
El gobierno estadounidense mencionó además que en el primer trimestre de 2020, las tres principales agencias calificadoras (Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s) rebajaron la calificación soberana de México y las calificaciones crediticias de Pemex a estatus basura.
Entre 1993 y 2019, el comercio bilateral entre México y Estados Unidos creció 654 por ciento; con lo que nuestro país se consolida como el segundo mercado de exportación y el tercer socio comercial más importantes de Estados Unidos.
El reporte señala que Estados Unidos es la principal fuente de inversión extranjera directa de México, con 114 mil 900 millones de dólares (de acuerdo con cifras de la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos en 2018), equivalente a 39.7 por ciento en todas las entradas (acciones) a México, de acuerdo con la Secretaría de Economía mexicana.
La aprobación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) impulsó la confianza de los inversionistas, quienes esperan una integración regional continua y profunda.
Sin embargo, los inversionistas están preocupados sobre las decisiones de la Administración de Andrés Manuel López Obrador que socavan la confianza en las “reglas del juego”, principalmente en el sector energético con el debilitamiento de la autonomía política de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece),
Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía.
Los analistas acusan que Cofece ha perdido influencia a medida que el Gobierno de México emitió cambios regulatorios en el sector eléctrico que favorecen a las compañías estatales.