Con la adición de unos 10 mil términos estudiados en nueve años, se publicó la segunda edición del Diccionario del español de México, que se puede consultar en línea. Estamos muy alejados de proscribir. Ofrecemos el vocabulario tal como lo encontramos en México y, si a alguna persona le gusta o no utilizar una palabra, tendrá que ser decisión suya, explica el lingüista Luis Fernando Lara.
No se trata de apariciones instantáneas en boca de una sola persona, sino que una palabra necesita haber ya pasado al resto de la sociedad. Muchas veces digo que tienen cuño social, como la moneda. Yo puedo utilizar una moneda de turista, pero nadie me la va a aceptar. Para nosotros, el cuño social de una palabra es la demostración de que la sociedad la ha adoptado y la está utilizando, dice el investigador en entrevista con La Jornada.
Sobre la actual emergencia sanitaria, sostiene: “No he visto que aparezca un vocabulario diferente. Sí introduciremos ‘coronavirus’ con una explicación amplia de que son miles de virus que se llaman así, y que tienen la peculiaridad de tener forma de corona. Tenemos que estar al tanto de lo que sucede”.
La edición de 2010 se centraba “en el vocabulario encontrado en nuestro Corpus de español mexicano contemporáneo con más de tres apariciones. En la segunda edición se utilizó el método de ‘pepena’: cuando hay menos apariciones se hizo un estudio minucioso para ver que sea usado”, refiere el director del diccionario de El Colegio de México.
En esta ocasión, se complementó el método de investigación para verificar y buscar fuentes alrededor de cada nuevo vocablo para comprobar que haya sido usado en nuestro país desde 1921, dice el ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura en 2013.
En cuanto al lenguaje incluyente, menciona que “esa forma de tratar de eliminar el masculino genérico para dar lugar al género femenino opera en el español escrito. Yo no he notado que nadie hable así. No tiene gran vigencia. Escribir ‘todxs’ o ‘tod@s’ son fenómenos del español escrito, no del hablado. Tenemos que esperar, pero es difícil que modifiquen la lengua porque están tocando elementos gramaticales profundos del español”.
Sin embargo, estamos viendo en redes sociales manifestaciones de la oralidad en lo escrito. Ese es un fenómeno muy interesante que no sólo ocurre en español, sino en todo el mundo. Conozco a una mujer con lengua materna náhuatl, y chatea con sus amigas en náhuatl. Son estos fenómenos de la infección de la oralidad en la escritura que vale la pena mucho estudiar.