Un juez ordenó este jueves la liberación del ex abogado personal de Donald Trump, Michael Cohen, argumentando que cree que el gobierno tomó represalias contra él por escribir un libro sobre el presidente.
Michael Cohen, afirmó el pasado 21 de julio que la razón de que lo volvieran a arrestar el pasado 9 de julio tras ser liberado en mayo para evitar un contagio de coronavirus fue la de impedir que publicara un libro sobre el presidente de Estados Unidos, según consta en una denuncia contra la Administración estadounidense.
La querella fue presentada en un tribunal federal de Manhattan a última hora de este lunes por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) y por abogados privados en nombre de Cohen, y en ella se exige que sea liberado de nuevo inmediatamente y que se le permita pasar lo que le queda de su sentencia de tres años de prisión bajo arresto domiciliario.
La denuncia alega que se están violando los derechos de la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU, que garantiza la libertad de expresión, cuando repentinamente se le volvió a enviar a prisión, interrumpiendo sus intentos de terminar el manuscrito que los denunciantes describen como “gráfico y poco favorecedor”.
El documento también acusa al fiscal general de EE.UU., William Barr, y a personal de una prisión federal de utilizar su vuelta a prisión como una forma de frenar la publicación del libro que, según indica el texto, pinta a Trump como una persona racista.
“El Gobierno no puede encarcelar a Michael Cohen por escribir un libro sobre Trump”, dijo Ben Wizner, un representante de ACLU.
Mientras, el Departamento de Prisiones afirma que no hablará sobre querellas ni procedimientos legales que aún están pendientes.
Cohen había sido liberado durante la pandemia del coronavirus de una cárcel de Nueva York tras ser condenado por fraude, pero lo volvieron a arrestar por supuestamente violar los términos de su libertad condicional. Inicialmente, el letrado, Jeffrey Levine, apuntó a la posibilidad de que el arresto fuera consecuencia de que Cohen fuera fotografiado mientras cenaba en un restaurante en Manhattan a principios de julio, algo que no le permitían las condiciones de su liberación a finales de mayo.
Después, sin embargo, aseguró que Cohen fue detenido cuando se negó a firmar en una comisaría un acuerdo prometiendo, en parte, no publicar el libro mientras estaba bajo arresto domiciliario.
En una declaración jurada presentada con la denuncia, Cohen, de 53 años, aseguró que nunca se negó a firmar el acuerdo, sino que sus abogados hicieron una serie de preguntas sobre él.
“Me quedé en shock cuando tres agentes federales vinieron más tarde con esposas para arrestarme”, escribió en el texto.
El exabogado de Trump fue puesto en libertad el pasado 21 de mayo como parte de los miles de reos federales que pasaron de la prisión al arresto domiciliario en un intento de poner a salvo a las personas que correrían un alto riesgo en caso de ser infectadas por el coronavirus y que tienen escasas posibilidades de volver a cometer delitos.
Hasta ese momento, se encontraba en el centro penitenciario de Otisville, en el estado de Nueva York, tras ser condenado a tres años por violar las leyes de financiación de campaña electoral de Trump al pagar dinero a mujeres que decían haber mantenido relaciones con el presidente para comprar su silencio, además de evasión de impuestos y declaraciones falsas a un banco.
Cuando fue liberado en mayo, había pasado apenas un año en prisión de los tres a los que se le condenó, y sólo dos meses antes un juez de Nueva York había denegado la petición de Cohen de pasar confinado en casa el resto de su encarcelamiento.
“Pasados diez meses desde que comenzó su condena de prisión, es hora de que Cohen acepte las consecuencias de sus sentencias criminales por graves delitos que provocaron mucho daño institucional”, dijo entonces el magistrado William H. Pauley III.