América afronta la «situación más compleja» por COVID con derrumbe económico

América, que con casi 3,2 millones de contagiados y unos 180.000 muertos es la zona del planeta con la «situación más compleja» por la COVID-19, cuenta hoy cada centavo en sus arcas después de que el Banco Mundial (BM) alertara de que la economía global caerá un 5,2 % este año debido al coronavirus, un nivel al que no llegaba desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

El impacto de la pandemia, que todavía no llega a lo alto de la ola en el continente americano, arrastrará a los países a una crisis que probablemente «dejará cicatrices duraderas y planteará gigantes desafíos globales», dijo hoy la vicepresidenta de Crecimiento Equitativo del BM, Ceyla Pazarbasioglu.

Al presentar el informe semestral de «Perspectivas Económicas Globales», la experta señaló que Latinoamérica será, con el 7,2 %, la región del mundo con el desplome más pronunciado en sus haciendas, el mayor en más de dos décadas.

En ese sentido, las previsiones indican que Brasil se contraerá un 8 % este año, seguido de México (7,5 %), Argentina (7,3 %) y Estados Unidos (6,1 %).

Precisamente en EE.UU., que registra 1,9 millones de contagios y más de 109.000 muertos, la mayor cantidad en el mundo, el presidente Donald Trump dijo estar dispuesto a autorizar otro paquete de ayuda económica para paliar los efectos del coronavirus en el bolsillo de sus connacionales, que en el caso de los neoyorquinos volvieron hoy al trabajo.

Al poco alentador panorama económico se suman en América las ya alarmantes realidades sociales en donde reinan la falta de oportunidades, la violación de los derechos humanos y el abandono del Estado hacia los grupos minoritarios.

Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este lunes del riesgo de nuevos contagios en lugares donde se están produciendo concentraciones de personas, como las protestas contra el racismo en Estados Unidos.

Si bien el organismo internacional sostuvo que apoya «la igualdad y el movimiento global contra el racismo» que se desató tras el asesinato policial del afroamericano George Floyd en Mineápolis, alentó a que se proteste «de una forma segura», con una distancia mínima de un metro de los demás, además de lavarse las manos y llevar mascarilla.

Al mirar hacia Latinoamérica, el experto de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) Marcos Espinal señaló que la pobreza y el trabajo informal han obligado a algunos países a considerar desescaladas pese a que aún no se han reducido los contagios.

Aunque la OPS recomendó que no se abran todavía los diferentes sectores económicos, dijo que «cada país es soberano», más por el hecho de que «muchas personas sin trabajo fijo tienen que buscar el sustento de sus familias».

Preocupa en el ámbito regional lo que ocurre en Brasil, que con casi 700.000 casos y 37.000 muertos es el segundo país del mundo más golpeado por el coronavirus.

De hecho, la necesidad de saber si el Gobierno de Jair Bolsonaro oculta información relevante sobre el avance del virus en el gigante suramericano tras las rectificaciones estadísticas por parte de su Ministerio de Salud llevaron a los principales medios de comunicación a crear una alianza inédita para divulgar las cifras de la enfermedad.

Los ojos también están puestos en Perú, con casi 200.000 contagios, Chile (134.000) y México (120.000).

Especial sensibilidad ha despertado en Perú el caso de Sepahua, un pueblo a orillas del río Bajo Urubamba, en la región selvática de Ucayali, al que solo se puede llegar por vía fluvial y que sirve para entrar en la Reserva Territorial Kugapakori, Nahua, Nanti y otros, una de las cinco zonas indígenas protegidas que tiene el país y en donde un matrimonio dio positivos para el virus.

«La desatención y el abandono del Gobierno hacia los pueblos indígenas es total», por lo que actualmente hay un «peligro de etnocidio», aseveró a Efe Lizardo Cauper, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep).

También llama la atención lo que ocurre en Argentina, que suma 23.620 enfermos y 693 víctimas fatales.

En la zona urbana de su capital, Buenos Aires, se autorizó desde hoy salir para pasear o correr, mientras se mantiene la rigidez de la cuarentena en las «villas miseria», como se conoce a los barrios pobres, en donde a las dificultades económicas y sociales se unen los problemas de hacinamiento y de acceso a servicios básicos como el agua.

Los gobiernos latinoamericanos buscan desesperadamente la mejoría económica después de la paralización de sectores claves como la industria, el turismo y el comercio.

Ya a finales de mayo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, estimó que su país perdería un millón de empleos, por lo que este lunes se conoció que la reactivación económica en la Ciudad de México tendrá como objetivo el fomento del trabajo.

Asimismo, Bogotá, principal foco de contagios en Colombia, activó un plan piloto para la apertura de cuatro centros comerciales, en donde solo podrá ingresar un 35 % de su capacidad de visitantes.

En contraste, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, insistió en que las fronteras permanecerán cerradas para mantener la contención del virus, pese a las peticiones de los comerciantes de las ciudades limítrofes con Brasil, las más afectadas en lo económico por tres meses sin intercambio fronterizo.

Al entender que la desescalada es inminente, el servicio de mapas digitales y navegación Google Maps anunció hoy la introducción de una serie de herramientas adicionales para facilitar la movilidad, entre ellas una que informa de aglomeraciones en el transporte público que, según los conocedores, será el eje alrededor del cual se moverá ahora el coronavirus