En este momento, Cannes estaría recibiendo a las principales figuras del mundo del cine. En cambio, debido al aplazamiento de su festival cinematográfico anual, los lugareños están disfrutando de un autocine en un estacionamiento frente al mar.
Al caer la noche, el público se acomodó en sus autos deportivos convertibles y familiares, con palomitas de maíz en el tablero y niños asomados por la ventana para ver «E.T. el extraterrestre», el clásico de Steven Spielberg de 1980.
Con los cines, teatros y restaurantes aún cerrados a medida que Francia flexibiliza con cautela la cuarentena por el coronavirus, la gente se alegraba de ver una película al aire libre en una cálida tarde en la costa mediterránea.
«Hay que aprovechar el momento al máximo. Esto compensa un poco las cosas», dijo una mujer, que había conducido hasta Palm Beach con su hijo adulto, quien estaba sentado a su lado con una mascarilla facial.
Los 51 vehículos permitidos para ver el filme estaban estacionados con un espacio libre entre sí y personal con protectores faciales escaneaba los códigos de barras de los boletos.
El Festival de Cine de Cannes se iba a celebrar originalmente del 12 al 23 de mayo. Más allá de las proyecciones repletas de estrellas de cine, las productoras y distribuidoras de películas viajan a la Costa Azul para negociar acuerdos.
Esta no es la primera vez que el festival se pospone. Su evento inaugural de 1939 se interrumpió después de la película de apertura «El Jorobado de Notre Dame» debido a la invasión alemana a Polonia al día siguiente.
También se suspendió en mayo de 1968 debido a una revuelta estudiantil y protestas de trabajadores en todo Francia.
El alcalde de Cannes, David Lisnard, dijo que era la forma de la ciudad de rendir un homenaje al cine y demostrar que «extrañamos las películas».