Al menos 95 personas murieron en Bangladesh y el Este de India por el paso del ciclón “Amphan”, el fenómeno meteorológico más devastador de los últimos 20 años, que arrancó árboles y decenas de miles de casas y obligó a millones de personas a refugiarse, en plena pandemia del coronavirus.
Pese a los daños considerables que causó el fenómeno, el más potente que se haya formado en el Golfo de Bengala en lo que va de siglo, parece que no causó tantas víctimas mortales como se temía en un principio. Hasta hace poco, los ciclones más potentes podían dejar miles de muertos en esta región.
India registró 72 fallecidos en el Estado de Bengala Occidental y Bangladesh dio cuenta de 23 muertos en su territorio.
Según la oficina de Naciones Unidas de Bangladés, la tormenta afectó a 10 millones de personas y dejó a medio millón de habitantes sin hogar.
Los dos países de Asia, acostumbrados a la gestión de ciclones y con unos sistemas de vigilancia meteorológica eficaces, decidieron evacuar de forma preventiva a tres millones de personas a refugios de emergencia.